Insultos, armas nucleares y tuits; nunca el planeta asistió a una combinación tan explosiva en una escalada nuclear. En la recta final de su gira asiática, el presidente Donald Trump, de 71 años, no pudo resistirse y, tras ser llamado “viejo lunático” por los medios públicos de Corea del Norte, volvió a lanzar una ofensiva contra su enemigo favorito el líder supremo, Kim Jong-un, de 33 años.

“¿Por qué Kim Jong-un me insultaría llamándome viejo cuando yo nunca le llamaría bajo y gordo? Oh, bueno, yo trato tanto de ser su amigo, ¡y quizá algún día eso ocurra!”, indicó de una forma irónica el presidente de los Estados Unidos.

Las aguas parecían haberse aquietado, en su viaje por Japón, China, Corea del Sur y Vietnam, al parecer no fue así.

El presidente de EEUU se ha concentrado en fortalecer alianzas para estrechar el cerco a Pyongyang y acabar con su acelerado programa balístico y nuclear. A lo largo de estos días, no se le han visto exabruptos y su trato con líderes antaño vapuleados, como el presidente chino, ha obviado las espinas, incluida la sangrante cuestión de los derechos humanos. Todo se ha supeditado al objetivo norcoreano, la verdadera línea maestra de la diplomacia norteamericana.

Esta extraña calma se ha venido abajo después de que EEUU y Corea del Sur hicieran una demostración de músculo con unos ejercicios militares sin precedentes, y Pyongyang emitiese su reacción al viaje.

“Nadie puede predecir cuándo el lunático viejo de la Casa Blanca vaya a perder el sentido e iniciar una guerra nuclear”, señaló el régimen a través de medios públicos. “Nunca podrán atemorizarnos ni frenar nuestros avances. Nos empujan a acelerar los esfuerzos para la gran causa, la fuerza nuclear nacional”, indicó la agencia estatal KCNA.

Pocas horas después, llegó la reacción de Trump, un político que nunca deja un ataque sin responder.

No es la primera vez que ambos mandatarios se enzarzan. En septiembre, durante su estreno ante la Asamblea General de la ONU, el presidente estadounidense amenazó a Corea del Norte con la “destrucción total” si ponía en riesgo la seguridad de EEUU y llamó “hombre cohete” al Kim Jong-un.

El tirano norcoreano no se quedó atrás. “Con seguridad voy a domar con fuego al desequilibrado y viejo chocho americano”, soltó en una alocución emitida por televisión, en la que también amenazó con una respuesta contundente. “Haré que el hombre que tiene la prerrogativa del mando supremo en Estados Unidos pague muy caro su discurso. Ahora que Trump me ha insultado tanto a mí como a mi país frente a los ojos del mundo, y ha hecho la declaración de guerra más feroz en la historia, que destruirá (Corea del Norte), consideraremos seriamente la puesta en marcha de una contramedida correspondiente, del mayor nivel de dureza”, afirmó.