Publicado En: Sab, dic 12th, 2015

Se prepara el primer Acuerdo Universal, para salvar el planeta.

“Un acuerdo diferenciado, justo, durable, dinámico, equilibrado y jurídicamente vinculante”, así calificó el acuerdo alcanzado en París el presidente de la conferencia, el canciller francés Laurent Fabius, este sábado en el centro de conferencias de Le Bourget.

Fabius presentó este texto en compañía del presidente francés François Hollande y del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, antes de suspender la sesión para que las 195 delegaciones presentes en la COP21 pudieran examinarlo y eventualmente ratificarlo.

El acuerdo es efectivamente más ambicioso de lo que se esperaba al inicio de esta COP21, que en un principio buscaba limitar el aumento del calentamiento global a un tope de 2°C. El texto presentado el sábado prevé mantener ese aumento “bien por debajo de 2°C”, y de “proseguir los esfuerzos para limitar el alza de las temperaturas a 1,5°C respecto a la era preindustrial”. Eso “reducirá considerablemente los riesgos e impactos del cambio climático”.

La mención de 1,5°C constituía una reivindicación de los países insulares, amenazados por el alza del nivel de los mares.

No obstante, este avance se ve contrarrestado por los frágiles compromisos a largo plazo en cuanto al nivel de las emisiones mundiales de gases con efecto invernadero, ya que sólo se prevé reducirlas “lo antes posible”. En las versiones anteriores se especificaban cifras para esa reducción, que iban del 40% al 70%, e incluso del 70% al 95% de aquí al 2050. Esas cifras, consideradas demasiado exigentes por ciertos países, fueron borradas del proyecto final.

Diferenciación de los esfuerzos
El texto presentado el sábado se basa en el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”, inscrito en la Convención de la ONU sobre el clima de 2012. Esto significa que todos los países se comprometen pero dependiendo de su nivel de desarrollo. Así “los países desarrollados deben continuar liderando” los esfuerzos de reducción de las emisiones de gas, mientras que los países en vías de desarrollo deben “continuar sus esfuerzos de atenuación”.

Para saldar la “deuda climática”, los países del Norte prometieron a los del Sur, en 2009, unos 100.000 millones de dólares, de aquí al 2020. El texto de París considera ese monto como “un mínimo” que debería ser aumentado. Además, un “nuevo monto colectivo” deberá ser decidido “antes de 2025”.

Revisiones cada cinco años
Se trata de un punto esencial del acuerdo de París. “Las contribuciones a nivel nacional”, es decir, las promesas de cada Estado para la reducción de las emisiones de gas con efecto invernadero, son por los momentos insuficientes para limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de 2°C.

El texto prevé un mecanismo de revisión de estas contribuciones nacionales cada cinco años. En teoría, estas revisiones comenzarían a partir de 2025, pero algunos países o bloques como la Unión Europea, Estados Unidos o Brasil han querido servir de ejemplo y han decidido someterse a una primera revisión en 2020.

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