Samsung demandado por comisión china al instalar Bloatware
Las asociaciones de consumidores siempre tratan de velar por los intereses de estos. En muchas ocasiones las empresas llevan a cabo prácticas que pueden resultar molestas o inadecuadas y los individuos solos no logran enfrentarse a ellas. La instalación de bloatware, es decir aplicaciones o programas no deseados de fábrica (PUP “Potentially Unwanted Programs”) es algo muy común y que debería frenarse. Samsung no se ha librado de ser supervisado y una comisión china ha decidido demandarle tras comprobarse que instala demasiado bloatware.
La Comisión de protección de los derechos de los consumidores de Shangai ha sido la que “ha destapado la liebre”. Tras realizar un estudio entre 20 dispositivos de Samsung y otras marcas como Oppo, descubrió que muchos de ellos contenían bloatware. El dispositivo que en concreto contenía 44 aplicaciones preinstaladas fue el Samsung Galaxy Note 3, algo que muchos usuarios sospechaban.
La presencia de estos programas y aplicaciones no es desconocida por el público. Cuando se adquiere un dispositivo y se observan sus aplicaciones para conocerlo mejor, en muchas ocasiones se encuentran algunas que desearían desinstalarse. Bien porque no interesen o porque sus funciones consuman recursos y batería, algunos usuarios quisieran desinstalarlas pero se encuentran con la barrera de no poder hacerlo. Aunque no es una tarea imposible ya que rooteando el dispositivo puede instalarse o desinstalar lo que se desee, no es una actividad al alcance o conocimiento de todos.
Siendo así Samsung se enfrenta a una importante demanda, aunque podría ir seguida de otros fabricantes. El único que quizá podría librarse sería Google y sus nuevos Nexus, ya queejecutan una versión de Android que permite eliminar estas aplicaciones. Parecía que la surcoreana iba a tomar ejemplo aunque el derrotero fue otro.
Hace tiempo Samsung ya prometió que disminuiría el nivel de bloatware, pero no lo ha cumplido y han llegado las consecuencias. Ahora tendrá que responder ante la ley por sus acciones y podría llegar a costarle caro. ¿Cómo concluirá la situación? ¿Logrará argumentar y defender los motivos para contar con tantas aplicaciones preinstaladas? El tiempo responderá y lo aclarará.