Un verdadero complot organizado, ha quedado en evidencia en todas las coberturas de prensa que los principales medios de Estados Unidos, realizaban ante las actividades de campaña del presidente Donald Trump.

Una vez culminado el día de votaciones, la prensa de tomó el lujo de aplicar una censura nunca antes observada hacia el presidente de los Estados Unidos. El país de la libertad presna y de expresión, pudo ver con todo el mundo de testigo, como cadenas de prensa decidieron censurar al presidente, al mayor representante de ese país, porque siplemente quienes estaban a cargo de editar, decidieron que el presidente estaba desinformando.

No es la función de la prensa el decidir qué es correcto o no, menos aún cuando es el presidente quien habla. Ellos tienen el deber y obligación de informar a la ciudadanía y serán los ciudadanos quienes deben decidir si creer o no en la palabra del presidente.

Las permanentes acusaciones del presidente hacia las “mentiras” de la prensa, parecen haber sido absoluta verdad.

Editorial