La extrema y revolucionaria izquierda se une para apoyar los objetivos de Evo Morales, de apropiarse de territorio chileno.

El dictador venezolano manifestó que “le gustaría bañarse en una playa boliviana para el bicentenario de ese país, el 2025″.

En representación de Raíl Castro, el Canciller cubano, Bruno Rodríguez, dio todo su respaldo a Bolivia por “una salida soberana al mar”.

Con más cautela, el Presidente ecuatoriano Rafael Correa llamó a ambos países en litigio a resolver la controversia por la vía del diálogo. “Nuestro corazón para que se resuelva esto por los medios pacíficos, como está ocurriendo felizmente entre dos países que queremos mucho: Bolivia y Chile”, expresó el Mandatario en la conferencia realizada en Cochabamba.

De este modo, Chile ya conoce formalmente a los países enemigos.