Publicado En: Mar, oct 29th, 2013

Los candidatos a suceder a Cristina Fernández de Kirchner toman posiciones

El retroceso del oficialismo en las legislativas y la imposibilidad de la convaleciente presidenta para optar a la reelección abren la carrera hacia las presidenciales de 2015

kirchner y sergio massa

«Llegó la hora de una sana rebelión. El cambio es posible. Es tiempo de otra gente. No habrá ningún integrante de Gabinetes nacionales», si llega a la Casa Rosada. Las frases de Mauricio Macri, jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, forman parte de su discurso de lanzamiento como candidato a la Presidencia en el 2015.

Macri aprovechó el triunfo electoral de Propuesta Republicana (Pro) en la capital argentina (casi 40 por ciento de votos para el Senado y cerca del 35 para Diputados) y los resultados obtenidos en Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba para hacer oficial una decisión que es pública desde hace tiempo. El candidato identificado con una derecha moderada intentó hurtarle protagonismo a Sergio Massa, el hombre al que las urnas colocaron en el trampolín peronista para intentar dar el salto al poder en el 2015. Macri sacudió al kirchnerismo y a todos los que alguna vez formaron parte de él, como Sergio Massa. Un candidato joven que, ironías del destino, pese a haber sido el jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner, logró transmitir el mensaje de que él era la reencarnación de la nueva política.

«Si yo tuviera mi cabeza en el 2015, lo que tendría que pensar el ciudadano común es que no tengo nada en la cabeza». La frase de Massa, el día después de confirmarse su casi 44 por ciento de los votos en Buenos Aires, no deja de ser una humorada pese a lo que dijo a renglón seguido, «Los que tienen la cabeza en el 2015 le faltan al respeto a esa señora que en un rato va a hacer la compra y no sabe si los precios van a estar igual que el viernes». El proyecto Massa 2015, no confesado por su protagonista, es una realidad sostenida por la avalancha de fotos pero también un desafío: Mantener los próximos dos años su imagen de «presidenciable» y referente y no la de un diputado más.

Dos años es el tiempo que le queda a la Presidenta para terminar su mandato aunque, a día de hoy, se impone la incertidumbre sobre su futuro por razones de salud. La gran ausente de las elecciones no puede presentarse a una tercera elección consecutiva pero, durante su convalecencia, su imagen positiva ha repuntado de forma extraordinaria. El enigma sobre si habrá regreso, cómo será y cuándo, condiciona la política argentina a corto, medio y largo plazo. Elisa Carrió, ex candidata presidencial y diputada electa por Unem, el frente opositor no peronista que concentra a radicales, socialdemócratas y un sector de la izquierda, descerrajó ayer, «Lo que viene son enormes dificultades para toda la Nación: Económicas, sociales, políticas. Faltan dos años de Gobierno y no sabemos si vamos a tener presidenta. Hoy Cristina no está. No sabemos si vuelve. No sabemos cuál es el papel de Amado Boudou», actual presidente en ejercicio y vicepresidente electo.

Boudou dio la cara

Boudou, el hombre con peor imagen del Gobierno fue, -ocurrencias de la Casa Rosada- el encargado de poner la cara y la voz de la derrota, pese a ser los más votados a nivel nacional, en medio del grupo de candidatos y algunos miembros del Gobierno. «Porque no se puede cambiar de caballo a la mitad del rio y porque el río es como la vida, habla Daniel Scioli», anunció. El Gobernador de Buenos Aires, con la cara desencajada, aguantó la presión del momento. Sabe que la victoria de Massa le complica el maratón de dos años para alcanzar la meta de la Casa Rosada. El tendrá que reconstruir sobre unos escombros que, pese a todo, hoy por hoy, garantizan el control del kirchnerismo en el Congreso.

El peronismo se moverá en este tiempo entre la opción Scioli, Massa y, quizás, un gobernador del interior. «Veinticuatro meses antes de las elecciones ni Raúl Alfonsín, ni Carlos Menem ni Néstor Kirchner eran los candidatos probables», advierte el analista político Rosendo Fraga.

Fuera del peronismo, además de Macri, otros se apuntan a la carrera presidencial con el argumento de los votos sobre la mesa. Es el caso del radical Julio Cobos, ex vicepresidente repudiado por Cristina Fernández y triunfador en la provincia de Mendoza con casi el 48 por ciento de los votos. Lo mismo se puede decir del socialista Hermes Binner en Santa Fe (más del 42 por ciento).

El oficialismo, finalmente, fue la fuerza más votada pero perdió en las principales provincias: Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Capital Federal. Siete de cada díez argentinos votaron a partidos de la oposición y el «cambio de chaqueta» entre los legisladores no está descartado. Dicho esto, la suerte para el 2015 no está echada.