¡La Política al Revés… Circo es!
En el pasado, era frecuente escuchar la expresión “(fulano…) tiene sangre de horchata” para referirse a una persona que pareciera no perturbarse por nada. El que dicha locución no se use en la actualidad, no quiere decir que haya desaparecido de nuestras conductas sociales, especialmente en los temas políticos.
Hoy en subsidio a ese dicho popular es frecuente escuchar: “ya nada sorprende; se ha perdido la capacidad de asombro; la realidad supera la ficción” y otras frases por el estilo, para calificar la pasividad con que el ciudadano común y corriente reacciona ante las “chambonadas” de las autoridades.
Desafortunadamente los ejemplos sobran y tienden a ser una práctica reiterada en el mundo público. Son variadas las áreas y los matices en que se dan estas situaciones de desaciertos, descuidos, ergo, “chambonadas oficiales”.
A riesgo -una vez más- de colocarme en posición “políticamente incorrecta” considero que la “ecológica” carrera de autos de la Fórmula E, en el centro de la ciudad, fue en términos prácticos un error, así como, desde una perspectiva más profunda, la idea de desarrollar “inmobiliarias populares” a nivel comunal contraviene la labor que les corresponde a los municipios.
Santiago -como ciudad- no necesitaba una intervención de la magnitud que sufrió con la formula E para ser reconocida a nivel mundial, ni sus habitantes (especialmente los vecinos) requieren de estas iniciativas para sensibilizarse con las energías no contaminantes.
Todas las comunas del país -en este caso, Santiago y Providencia- serán más o menos reconocidas, a nivel nacional o mundial, según la gestión que sean capaces de desarrollar en: materias administrativas, cuidado y preocupación por sus áreas verdes, aseo, ordenanza, seguridad, calidad de los servicios sociales -especialmente en educación y salud-; en el fondo, todo lo que concierne al nivel comunal y vecinal.
Por otra parte, el que los municipios asuman tareas que no les corresponden, como es el caso de las “inmobiliarias populares”, es una peligrosa pérdida de foco. Esas funciones, asociadas a las viviendas, corresponden, dentro del principio de subsidiaridad del estado, al ministerio del sector, sin perjuicio de que la municipalidad apoye las postulaciones de sus vecinos socialmente vulnerables a los subsidios correspondientes, pero en ningún caso, asumiendo responsabilidades directas en esta área.
Son muchos los casos a nivel mundial que muestran que este tipo de iniciativas terminan siendo altamente inconvenientes, con resultados desastrosos en materias de calidad de vida de los seudo beneficiados, además de transformarse en “guetos” imposibles de controlar. Por lo mismo, llama la atención que alcaldes que debieran tener esto muy claro se sumen a estas iniciativas populistas, nada más que para obtener “pantalla comunicacional”.
Estos casos, -la carrera fórmula E y las inmobiliarias populares-, son ejemplos claros de chambonadas que no debieran repetirse y que no debieran ser vistas con “sangre de horchata” por la sociedad política, ni aprovechadas como oportunidades circenses para ningún tipo de payasadas comunales. ¡Cuando la autoridad política actúa al revés, es síntoma de que… circo es!
Cristián Labbé Galilea