La OTAN envía aviones AWACS a Polonia y Rumanía para seguir la crisis ucraniana
El Consejo del Atlántico Norte, el máximo órgano de decisión de la OTAN, decidió hoy enviar aviones de vigilancia AWACS para realizar vuelos de reconocimiento sobre Polonia y Rumanía, a fin de realizar un seguimiento de la crisis ucraniana.
“Estos vuelos reforzarán la situación de conocimiento de la Alianza. Todos los vuelos de reconocimiento AWACS se llevarán a cabo exclusivamente sobre territorio de la Alianza”, dijeron a Efe fuentes aliadas.
La decisión que han tomado los embajadores de la Alianza de enviar AWACS a Polonia y Rumanía, dos países miembros de la OTAN limítrofes de Ucrania, “forma parte de los esfuerzos de la Alianza para el seguimiento de la crisis en Ucrania”, destacaron.
Los aviones que participen en esta misión de reconocimiento tienen su base en Geilenkirchen (Alemania), en donde las fuerzas aliadas disponen de 17 aparatos, y en Waddington (Reino Unido).
Los AWACS (sistema aerotransportado de alerta y control) son de tecnología estadounidense y permiten la vigilancia de un espacio aéreo más amplio del que se puede inspeccionar con un radar de tierra.
“Esta decisión es una acción apropiada y responsable en línea con la decisión de la OTAN de intensificar nuestra evaluación en curso de las implicaciones de esta crisis para la seguridad de la Alianza”, concluyeron las fuentes.
Las fuentes precisaron que los AWACS aliados “son unidades de alta disponibilidad que serán desplegadas en muy corto plazo. Esperamos que el primer vuelo tenga lugar en los próximos días”.
“Corresponde a la discreción de los comandantes aliados, en especial al Comando Supremo Aliado y al comando de la base aérea de Ramstein (Alemania) decidir cuando comenzarán las patrullas”, dijeron fuentes aliadas.
Precisaron que los vuelos se producirán “en total coordinación con los aliados afectados”.
Los embajadores europeos se reunieron el día 4 para analizar la crisis ucraniana tras el despliegue de soldados rusos en la región autónoma de Crimea a petición de Polonia, que invocó el artículo IV del Tratado Atlántico.
Ese artículo posibilita consultas en el seno de la Alianza cada vez que uno de los aliados piense que la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquier miembro de la OTAN pueda verse amenazada.
En esa reunión, el Consejo del Atlántico Norte hizo hincapié en que Rusia “sigue violando la soberanía e integridad territorial de Ucrania”, y advirtió de las “graves implicaciones” que esa circunstancia puede tener para la seguridad y la estabilidad euro-atlánticas.
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, señaló entonces que la Alianza se comprometía a “intensificar la rigurosa evaluación en curso sobre las implicaciones de esta crisis para la seguridad”.
A su vez, subrayó que los aliados seguirían “apoyando todos los esfuerzos constructivos para una solución pacífica a la actual crisis, de acuerdo con la ley internacional”.
La OTAN también decidió el pasado miércoles suspender la planificación de la primera misión militar conjunta con Rusia (para participar en la destrucción de armas químicas sirias), así como las reuniones militares o civiles con ese país, ante la escalada de tensión en Crimea.
El pasado jueves, Rasmussen recibió en la sede de la OTAN al primer ministro interino de Ucrania, Arseni Yatseniuk, a quien trasladó el mensaje de la Alianza de su voluntad de incrementar la cooperación con ese país.
Asimismo, en una comparecencia junto a Yatseniuk tras su reunión, Rasmussen subrayó a Rusia que en el siglo XXI “no debe haber ningún intento de redibujar las fronteras en Europa”, y volvió a instar a Moscú a retirar sus tropas a las bases y a cesar la escalada militar en la península ucraniana de Crimea.