Jim Parsons en exclusiva: “Ahora soy raro pero gano plata”
El actor de The Big Bang Theory dice que de adolescente, aunque tenía algunos amigos, le gustaban los deportes y era sociable, “no encajaba de diferentes formas”. Dice que aún no se acomoda al mundo, pero ya lo acepta y, además, cobra…
Gracias a la gran popularidad dentro del sector de los adolescentes en la cultura del entretenimiento, el actor Jim Parsons, ganador del premio Emmy, emergió como el más popular con su representación de Sheldon Cooper en la serie televisiva The Big Bang Theory, que se transmite por ocho temporadas consecutivas por la CBS desde 2007.
Previamente a este rol que definió su carrera, Parsons comenzó a escalar posiciones desde el escenario teatral al conseguir pequeños roles en películas como Nowhere to Go But Up (2003) y Garden State (2004). Le siguieron pequeñas actuaciones en The Great New Wonderful (2005), 10 Items or Less (2006) y School for Scoundrels (2005), pero Parsons brilló con su actuación como un físico neurótico y socialmente inadaptado en The Big Bang Theory, cambiando al actor en un comediante de primera magnitud y ganador de muchos premios.
Mientras su carácter demostraba ser reservado, calculador y arrogante, con un cerebro con dos doctorados con la mayor graduación, consiguió que su personificación tuviera una saludable dosis de simpatía. No hay nadie en Hollywood que haya entendido cómo lo consiguió, pero Parsons ayudó a que un genio fuese aceptado como el mejor.
El último trabajo del actor, fuera de la serie, fue hacer la voz de un extraterrestre en Home, yDIARIO POPULAR viajó a New York para entrevistar en forma exclusiva a Parsons, que nos recibió en una sala del Mandarin Oriental Hotel. Jim Parsons nació el 24 de marzo de 1973 en Houston, Texas.
¿Qué aprendió al actuar haciendo sólo la voz del personaje?
-Aprendí que tengo muchas más herramientas a mi disposición, aun sin usar mi cuerpo de las que pensé que usaría. Fue una experiencia difícil para las dos primeras sesiones. Trabajamos en eso durante dos años y medio, y en primera instancia me sentí, personalmente, muy indefenso sin mi rostro y mis brazos. No me había dado cuenta lo mucho que los uso cuando trato de comunicar algo, pero fue interesante a medida que pasaban los días. Y logré sentirme al final más cómodo, ya que terminé usando mi cuerpo mucho más que cuando lo hacía normalmente.
¿Cómo lo explica?
-Obteniendo ciertas cosas, porque usted no tiene nada que exponer las energías de algunas de sus emociones. Terminé usando mucho más mi cuerpo al punto que al final quedé bañado en sudor. Quiero decir que todo eso es muy bueno. También es muy divertido, muy creativo hacer ese trabajo, porque todo está en tu mente. El director ayuda pintando la escena y cuando lo ha logrado y a partir de ese momento, eso es todo lo que hay que hacer. Parece todo como algo infantil, ya que no hay escenarios, ni otra gente, sólo están en su imaginación, y lo que usted pretende, es ser un extraterrestre de color violáceo.
Es como si fuera un extraterrestre en el grupo. ¿Durante su adolescencia se sintió así?
-Siempre hasta cierto grado. Siempre fui afortunado en tener amigos. Así que, posiblemente, es algo que todos los adolescentes han sentido en alguna forma. Por mi lado yo era un tanto artista cuando chico, pero estaba orientado hacia los deportes. Yo era amistoso y tenía amigos porque a mí me gustaba hablar con la gente, pero en varias formas no encajaba y todavía no encajo, pero ahora lo acepto, y por eso estoy ganando dinero (risas).
Tengo entendido que el Presidente Obama visitó la sala de sonido en la que usted grababa.
-Es verdad. Fue algo de lo más increíble que me haya pasado. Justamente antes que el presidente Obama llegara al lugar, se llenó de gente del Servicio Secreto. Fue algo así como “Oh, mi Dios, ésta es la gente por la cual hacemos al respecto películas y shows de TV”. Fue impresionante. Hubiera deseado haber podido decir algo interesante o hacer alguna pregunta razonable, pero me sentí aturdido por el solo hecho de que él estaba sólo conmigo. Cuando pienso y veo las fotografías puedo ver mi miedo reflejado en mi cara. No es que él infundiera miedo, sólo que estaba asustado por la situación. Pensé: “Mi Dios, es el ¡presidente!”. Tal vez yo hubiera preferido que él no estuviese en mi sala de grabación, pero finalmente me sentí feliz de lo que había sucedido (risas).
¿Cuáles fueron las decisiones o las películas que hizo desde su adolescencia que impactaron en su vida?
-Bueno, lo primero fue obviamente la oportunidad que tuve de trabajar en The Normal Heart (2014), que fue para mí, obviamente, la oportunidad muy importante como gay y decir la historia de la comunidad homosexual, pero más importante fue que me instruyeron sobre la historia en la que yo no era parte activa, y que necesariamente no tenía amigos, afectando no sólo a mí, sino que afectaba hoy a cada uno de nosotros y a la propia película. Para mí fue una sorpresa.
¿Por qué fue una sorpresa?
-Nos divertimos mucho haciendo ese film. Diría que tuve una de mis más grandes experiencias creativas en muchos años. Porque sentí que finalmente vi el producto terminado, y que fue un tipo de historia que me tomó por sorpresa y que tuvo gran significado para mi persona.
¿Cuál fue su significado?
-Fueron estos dos roles principales, acercándose uno al otro con ese sentido con premeditada visión mutua y ve que usted es esa persona. Tienen esas ideas el uno del otro y usted ve que lentamente, esa situación se va quebrando a medida que avanza la película, hasta que encuentran esas cosas en común, y que al final los unen. Yo podría haber usado ese mensaje en dos formas, la forma que trate a otra gente cuando yo era más joven y cómo me trataron a mí. Este proyecto fue muy importante para mí en el pasado, en el presente y en mi futuro tipo de vida, que no lo veía venir.