Israel intensifica su masacre en Gaza, ante los ojos de impotencia del mundo.
Israel atacó el martes símbolos del control de Hamas en Gaza, escalando su campaña militar contra el grupo islámico con sus bombardeos más intensos en lo que va de la ofensiva y dejando decenas de civiles, niños y ancianos muertos.
Bengalas iluminaron el cielo en la madrugada sobre la Ciudad de Gaza, y para el amanecer, cuando el conflicto entró en su cuarta semana, pesadas nubes de polvo flotaban sobre el territorio.
Los ataques se produjeron luego que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu advirtiese el lunes sobre una “prolongada” campaña contra Hamas. Sus aviones militares israelíes lanzaron decenas de ataques, destruyendo la casa del principal líder de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, y dañando las oficinas del canal de televisión de la agruppación, Al-Adsa, una mezquita en el centro de la ciudad y oficinas del gobierno.
Esto se suma al ataque contra la planta de electricidad en Gaza, que se vio forzada a cerrar luego que dos proyectiles de tanques israelíes alcanzasen uno de sus tres depósitos de combustible.
Incluso antes del incidente, los residentes de Gaza tenían electricidad apenas tres horas al día. La explosión casi seguramente reducirá los suministros.
El teniente coronel Peter Lerner, portavoz militar israelí, no comentó sobre la explosión, pero le dijo a The Associated Press que los más recientes ataques de Israel indican “un incremento gradual en las presiones” sobre Hamas.
Israel está “determinado a golpear a esa organización y librarnos de esa amenaza”, dijo Lerner.
A su vez, Haniyeh, cuya casa fue tornada en escombros en un ataque aéreo antes del amanecer del martes, dijo en una declaración que “destruir piedras no va a quebrar nuestra determinación”. Nadie resultó herido en la casa de Haniyeh, que no estaba en el lugar al momento del ataque.
La guerra de 20 días ha dejado más de 1.030 palestinos muertos, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud palestino. Israel ha perdido 43 soldados, como también dos civiles israelíes y un trabajador tailandés, según los militares israelíes.