Ingenieros de la UC diseñan microchip para estudiar el universo
Desde hace cuatro años, un equipo del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Católica (UC) está trabajando en el diseño de un microchip para el Colisionador Lineal Internacional (ILC), que complementará y profundizará las investigaciones ejecutadas en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) en el CERN, Suiza.
“El microchip filtrará la señal producida por la carga eléctrica proveniente del detector y la digitalizará a gran velocidad, lo que permitirá inferir con mayor precisión la energía de las partículas que aparecen como resultado de las colisiones”, explica Ángel Abusleme, académico e integrante del equipo detrás del proyecto. El investigador desde el año pasado es miembro de la colaboración ATLAS, uno de los detectores del LHC que probó en 2012 la existencia del bosón de Higgs o “partícula de Dios”, cuyos resultados han permitido entender mejor la materia.
A mediados de 2013, más de mil científicos e ingenieros de 24 países culminaron el diseño del ILC, el nuevo acelerador de 31 kilómetros que podría aportar más información sobre la materia oscura del universo.
El diseño del microchip, en tanto, comenzó en 2006 -mientras Abusleme realizaba su doctorado en la Universidad de Stanford como parte de un proyecto en el SLAC National Accelerator Laboratory- finalizando la primera versión en 2009, que fue fabricada y probada en 2010. Al regresar al país, el investigador trajo consigo la responsabilidad de seguir trabajando en el proyecto desde Chile.
Debido a que las especificaciones del ILC varían continuamente, Abusleme estima que el microchip estará listo hacia fines de esta década, señalando que la versión actual será producida por una fábrica taiwanesa.
Una vez que el ILC esté operativo permitirá ofrecer una gran cantidad de datos científicos para medir con precisión propiedades de las partículas y aportar más información sobre nuevas áreas de la física.
Nuevos usos
El académico comenta que el desarrollo de esta tecnología es un gran avance para Chile, pues por primera vez se están creando chips de alto desempeño, lo que abre oportunidades para el país. “Este es el primer paso”, asevera.
Cada microchip se diseña para una aplicación específica, en este caso, para el ILC. No obstante, señala que es posible -a futuro- ampliar sus usos y “diseñar chips para la industria nacional, para instrumentación de la minería o forestal, los que tendrían que ser diseños completamente nuevos”, sostiene.