Increíbles camuflajes y los sistemas de defensa de las orugas
Es cuestión de buen ojo y paciencia. Pero si sales a buscarlas, te encontrarás con muchas orugas dispuestas a utilizar un curioso arsenal de estrategias para evitar ser atacadas por sus depredadores.
Estas larvas han fascinado al fotógrafo Samuel Jaffe desde que era niño.
“He criado orugas toda mi vida. Las traía del jardín a la casa desde que tenía cuatro años y mis padres las encontraban en reptando por ahí y no sabían por qué”, le dice Jaffe a BBC Mundo.
Cuando comenzó a tomarles fotografías en 2008, Jaffe se sorprendió de la reacción de la gente. Nadie tenía idea de que estas extrañas criaturas vivían aquí, dice. Y fue esta reacción de sorpresa lo que lo impulsó a seguir con estos retratos.
¿De dónde viene este interés por las orugas? Las orugas tienen algo muy especial: son organismos juveniles (mariposas o polillas en su estado de larva). Y por esta razón no tienen que preocuparse por encontrar pareja o luchar por un territorio como lo harán luego de adultos, explica Jaffe. Su única preocupación es defenderse de los depredadores y por eso desarrollaron mecanismos de defensa increíbles.
Esta necesidad de defenderse es la que lleva a las orugas a desplegar un variado arsenal de armas que le permiten camuflarse para pasar desapercibidas, como el ejemplar que vemos en esta foto, o parecer peligrosas y poco apetecibles.
Otras adaptaciones asombrosas hacen que algunas orugas inflen su cola para imitar la apariencia de una serpiente. Otras tienen la capacidad de proyectar ácido para hacerle frente a su enemigo. Atraparlas requiere dedicación. Si me ves por el bosque verás a alguien caminando como en un museo: muy pero muy lentamente, mirando cada detalle, dando vuelta hojas…, dice Jaffe.
Aunque a muchas orugas las cría desde cero, atrapando hembras de mariposas o polillas para que pongan huevos, y liberándolas después.
En el Caterpillar Lab de Inglaterra, Jaffe y su equipo tienen la oportunidad de compartir todo lo que saben sobre las orugas con los niños y adultos que visitan el centro. Y, cuando dejan su estado de larvas y se transforman en polillas o mariposas, Jaffe las libera en el bosque.