Huellas de sangre en Siria como muestra de lealtad en los comicios
Elecciones marcadas por la violencia. En un país devastado por la guerra civil, miles de sirios votan y se muestran partidarios al presidente Al Assad, quien se perfila como ganador para renovar su mandato tras 14 años en el poder.
En un clima de guerra civil insoportable, con el resonar de proyectiles a lo lejos, transcurren las elecciones en Siria en las que el actual presidente, Bashar Al Assad, que ocupa el poder desde hace 14 años, seguramente renueve su mandato. La afluencia para votar es importante y la mayoría son seguidores del mandatario.
Como muestra de su lealtad y patriotismo, el régimen les provee una aguja y a la hora de emitir su voto, muchos de leales al régimen se pinchan su dedo pulgar y dejan su huella de sangre en la boleta de votación.
Muchos se acercan con prendedores con la foto de Al Assad o agitando carteles con la imagen de su líder. Banderas y gritos también son parte de la escena. Todos renuevan su lealtad al régimen, que desde hace más de tres años sostiene una guerra civil con los rebeldes que dejó hasta el momento más de 160.000 muertos, un tercio de ellos civiles, de acuerdo a datos de la oposición.
Otros “leales” muestran su adhesión eligiendo votar frente a todos y no tras las cortinas. Orgullosos, emiten su voto frente a las cámaras de televisión dispuestas en los centros electorales, que sólo están habilitados en las zonas del país controladas por el régimen. Están convencidos de que la reelección de Al Assad le daría mayor legitimidad para buscar una solución al conflicto.
Los ruidos sordos de explosiones tronaban desde poblaciones rurales cercanas donde se enfrentaban fuerzas del gobierno con los rebeldes y nubes de humo marcaban el horizonte. Se reportaron explosiones de obuses en la capital, aunque la elección transcurría generalmente en paz.
Al Assad enfrenta por primera vez a opositores en estos comicios, pero sus dos rivales, el diputado Maher al Hayar y el ex ministro de Estado Hassan al Nuri, son figuras poco conocidas a quienes no se otorga ninguna perspectiva de triunfo. Los opositores más destacados están virtualmente excluidos de las elecciones porque la mayoría de ellos participan en la lucha contra el régimen de Al Assad o viven en el exilio.
A muchos de los aproximadamente 15,8 millones de sirios habilitados para votar se les hará difícil acudir a uno de los 9.601 locales de votación. Según datos de Naciones Unidas, más del 40 por ciento de los poco más de 22 millones de sirios han huido o viven en el exilio.
En Bruselas, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, calificó los comicios como una “farsa” porque “no cumplen con las normas internacionales para elecciones libres, limpias y transparentes”.