La ciudadanía comienza a organizarse para ejercer presión en la búsqueda de una vida en paz  y sin delincuencia. Ante la despreocupación del gobierno en esta materia y estar concentrados en intentar mejorar la imagen de la Presidenta, los ciudadanos agotados de robos, violencia e inseguridad, organizaron un exitoso “cacerolazo” en diversos puntos de la capital y replicado en el resto del país.

La manifestación fue convocada a través de las redes sociales y a partir de las 21:00 horas en varias comunas de Santiago, especialmente en el sector oriente de esta ciudad, la gente salió a la calle a hacer sonar ollas y las bocinas de sus automóviles.

“Le pedimos a la señora Bachelet que se ponga los pantalones”, dijo una vecina del sector oriente a radio Bío Bío, y advirtió que las protestas se repetirán una vez al mes.

El “cacerolazo” también se enmarca en el ataque que sufrió hace una semana el subteniente de carabineros, Óscar Muñoz, quien recibió un disparo en la cabeza en medio de un procedimiento policial en Peñalolén.