Evo Morales intentó empañar el traspaso del mando presidencial. Llegó a Chile, asistió al  Congreso y luego no asistió a la actividad del Cerro Castillo acompañando al presidente Piñera. Pero lejos de retirarse a su país con respeto, decidió llamar a conferencia de prensa en el aeropuerto y leyó un comunicado en que emplaza a Chile e insiste en su demanda marítima que busca quitar territorio nacional chileno, para sus objetivos bolivianos.

Morales quien hace un par de días realizó un populista acto con una bandera que casi llega a los 200 kilómetros para presionar a la Corte de la Haya, para lograr que sus intereses por el mar, sean escuchados.

Venir a Chile a buscar protagonismo en nuestro acto republicano, es como pretender estropear el cumpleaños siendo el invitado de piedra.  Sin dudas, un acto de agresión política inaceptable para Chile.