El terremoto en Nepal lleva 2500 fallecidos
La cifra oficial de fallecidos por el devastador terremoto que sacudió el sábado la región del Himalaya, con epicentro en Nepal, superó ya las 2.500 personas. La cantidad de heridos alcanza los 6.000, informó ayer el portavoz del Ministerio del Interior nepalí, Laxmi Dhakal.
No obstante, los centenares de desaparecidos y heridos graves hacen temer que la cifra real siga creciendo. “El reto inmediato para nosotros es acceder a las zonas remotas donde colapsó la mayoría de las casas. Es difícil llegar allí”, indicó Dhakal.
En el Monte Everest, donde el terremoto desató una avalancha, la cifra de muertos se elevó a 19. Además, en India las víctimas ascienden a más de 50; en China suman seis; y en Bangladesh, una.
El terremoto, de magnitud 7,8 en la escala de Richter, es la mayor catástrofe ocurrida en Nepal desde hace más de 80 años. Más de 24 horas después del primer sismo, la tierra continúa temblando.
Según el Servicio Geológico de EEUU, ayer se produjo una fuerte réplica de magnitud 6,7 (Richter). Su epicentro se situó al sur de Kodari, en Nepal, cerca de la frontera con China, y su hipocentro a unos 10 km de profundidad.
Los nuevos movimientos telúricos motivaron el cierre temporal del único aeropuerto internacional de Nepal. Ante la delicada situación, el primer ministro nepalí, Sushil Koirala, se dirigió a la comunidad internacional en busca de ayuda. “He pedido a nuestros amigos extranjeros ayuda y apoyo”, declaró. “Afrontaremos estos tiempos oscuros, cueste lo que cueste”, manifestó. E instó a sus compatriotas a ofrecer “cualquier ayuda” que puedan aportar.
El estado de emergencia sigue vigente en las regiones afectadas, hospitales y morgues están saturados y hay escasez de medicamentos y reservas de sangre, señalaron fuentes de las Naciones Unidas.
“Entre los muertos hay muchos niños”, apuntó el doctor Pratab Narayan, del Hospital Universitario, que está saturado por el número de pacientes. Los cortes eléctricos continúan en casi todo Katmandú y el suministro de agua también está afectado. “Cargamos nuestros teléfonos con las baterías del coche”, indicó Alina Sherstha, de la organización World Vision.
Muchos vecinos de la capital pasaron la noche del sábado a la intemperie por temor a nuevas réplicas. Según testigos, 24 horas después del primer sismo, la tierra continúa temblando. Incluso el presidente, Ram Baran Yadaf, durmió en una tienda de campaña, dijo su portavoz a una radio local.
Gran parte de la rica herencia cultural del valle de Katmandú, calificada por la Unesco como Patrimonio Mundial de la Humanidad, quedó reducida a escombros. Según testigos, el aspecto que presenta la emblemática plaza Durban y la Torre Dharahara es desolador. También resultó muy dañado el complejo budista de Swayambhunath, conocido como el Templo de los Monos.
La ayuda comenzó a llegar el sábado desde diversos países del mundo. Sólo desde India se enviaron 43 toneladas de material, entre otros agua y tiendas de campaña, y se pusieron a disposición de las autoridades nepalíes varios helicópteros. Buena parte de la asistencia está coordinada por la Oficina de Asuntos Humanitarios.
Fuera de la capital de Nepal, la gente del distrito de Dhading, acampaba al aire libre. Helicópteros militares indios evacuaron a heridos a hospitales locales, pero sus operaciones se vieron complicadas por el mal tiempo. Ante el pronóstico de fuertes lluvias, crece el temor a un desastre humanitario. La agencia humanitaria CARE International advirtió que la cifra de muertos podría ser de miles de víctimas más, con cientos de miles sin hogar. (DPA-Reuters)