El líder rebelde ucraniano dice que tiene como rehenes a los cuatro observadores europeos
Vyacheslav Ponomarev dijo a la agencia de noticias rusa Interfax que los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) están “bien”, pero no adelantó ninguna condición para su liberación.
El martes pasado la OSCE reportó que había perdido contacto con uno de sus grupos de observadores desde el lunes a la tarde. La última información que tenía era que estaban en la provincia de Donetsk, una de las dos regiones del este ucraniano que hace casi dos meses vivió un levantamiento separatista, que terminó con una declaración de independencia y un pedido formal para ingresar a Rusia.
Después de la crisis en la península de Crimea y la rápida anexión rusa de esa porción del territorio ucraniano en marzo pasado, la OSCE había enviado misiones de observadores para relevar la situación en la ex república soviética, especialmente en el Este rusoparlante.
No es la primera vez que Ponomarev toma como rehenes a un grupo de observadores europeos.
A finales de abril, el líder separatista pro ruso sorprendió al mundo al ofrecer una conferencia de prensa junto con diez miembros de una misión europea de verificación auspiciada por la OSCE.
Durante esa conferencia dijo que los europeos no eran sus rehenes, sino sus “invitados”, e invitó a Europa a negociar su liberación.
Varios días después, los hombres quedaron en libertad y la popularidad de Ponomarev continuó creciendo entre los sectores más radicalizados del movimiento rebelde.
Desde entonces, la ciudad de Slaviansk, en el norte de la provincia de Donetsk, se convirtió en la primera línea de combate y en el objetivo principal de la “operación anterrorista” del ejército ucraniano.
A diferencia de otras ciudades como Donetsk donde todavía se puede entrar y salir por tierra, donde el Estado nacional sigue pagando sueldos y los bancos continúan abiertos, Slaviansk está prácticamente aislada del resto de Ucrania y todos los días llegan noticias de nuevos muertos y heridos, muchos de ellos civiles.