Fuerzas de seguridad israelíes mataron el sábado a dos palestinos de 12 y 15 años en protestas a lo largo del cerco fronterizo con Gaza, dijeron médicos palestinos, y la policía del Estado judío informó que mató a tres atacantes palestinos en Jerusalén.

Once días de enfrentamientos -en los que cuatro israelíes y 21 palestinos murieron en Jerusalén, la ocupada Cisjordania, Gaza y ciudades israelíes- han generado preocupación sobre un nuevo levantamiento palestino, o “Intifada”.

El sábado, dos palestinos murieron baleados por la policía después de apuñalar al menos a cuatro israelíes en ataques separados cerca de la Ciudad Vieja de Jerusalén, dijo el portavoz de la policía de Israel, Micky Rosenfeld.

Cerca de la Puerta de Damasco de la Ciudad Vieja, un palestino apuñaló a dos policías, hiriendo gravemente a uno de ellos, horas después de que un palestino de 16 años apuñaló e hirió a dos judíos ultraortodoxos en las cercanías, afirmó Rosenfeld.

Agregó que la policía paramilitar también mató a un militante que había abierto fuego contra ellos durante enfrentamientos nocturnos en el campamento de refugiados palestino de Shuafat, en Jerusalén Oriental.

Hamas, el grupo militante palestino que controla la Franja de Gaza, dijo en un comunicado que el atacante de Shuafat era uno de sus miembros. “El mártir héroe combatió a la ocupación israelí con un lenguaje que ellos entienden”, sostuvo Hamas.

En Gaza, soldados israelíes mataron a un niño palestino y a un adolescente que participaban en protestas en las inmediaciones del cerco de seguridad fronterizo israelí, dijeron fuentes médicas palestinas.

Una portavoz del Ejército israelí dijo que los manifestantes estaban empujando llantas en llamas y arrojando piedras contra los soldados, quienes dispararon al aire como advertencia antes de apuntar “a los principales instigadores”.

En un intento por evitar una mayor escalada, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, habló por teléfono con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el viernes, informó el despacho de Netanyahu, y con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, el sábado, según la agencia oficial de noticias palestina WAFA.

Netanyahu y Abbas han llamado a la calma y la policía palestina sigue coordinando con fuerzas de seguridad israelíes para tratar de restablecer el orden, pero hay pocas señales de que la violencia esté disminuyendo.

La violencia ha sido alimentada por temores de los palestinos de que las visitas de grupos judíos y legisladores a la plaza de la Ciudad Vieja de Jerusalén, venerada en el Judaísmo como el sitio de dos templos bíblicos destruidos, estén erosionando el control religioso musulmán del complejo de la mezquita de al-Aqsa, el tercer santuario más sagrado del Islam.

Netanyahu ha dicho en reiteradas oportunidades que no permitirá ningún cambio a los acuerdos en virtud de los cuales los judíos tienen permitido visitar el sitio, pero donde están prohibidos los rezos no musulmanes.

reuters