El general de Ejército en retiro, Héctor Orozco, fue ingresado a la cárcel con 91 años de edad, generando un cuestionamiento ética, valores y principios respecto de si encarcelar a un anciando de esa edad puede entenderse como “justicia” o venganza.  El Poder Judicial difundió el fallo de la Corte Suprema que ratificó la condena a 10 años de cárcel en contra de general (r) Héctor Orozco Sepúlveda, por violaciones a los derechos humanos en dos homicidios calificados cometidos en 1973.

Esto, pese a que el ministro en visita extraordinaria para las causas de violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, Jorge Arancibia, lo había condenado a 18 años de cárcel, su responsabilidad en la muerte de Rigoberto del Carmen Achú Liendo y Absolón del Carmen Wegner Millar.

En la etapa de investigación, el ministro Arancibia logró establecer que las víctimas fueron detenidos en septiembre y noviembre de 1973 por personal del Regimiento de Infantería N° 3 Yungay de San Felipe, por tratarse de dirigentes de los Partidos Socialista y Comunista, quienes habrían sido fusilados.

El hermano del General Orozco, el famoso dirigente de la Universidad de Chile, René Orozco,  calificó la detención de su hermano como un acto de absoluta venganza. A esa edad y enfermo, no se le puede llamar justicia, esto es solo venganza!