Corea del Norte y Corea del Sur, negocian en la frontera ante inminente guerra
Las dos Coreas abrieron este sábado conversaciones de alto nivel para desactivar la escalada militar entre ambos países, tras haber intercambiado en días pasados disparos en la frontera.
El encuentro, organizado en la localidad fronteriza de Panmunjon, empezó poco después de que expirara un ultimátum de Corea del Norte, que había amenazado a su vecino con una “guerra total”si no cesaba sus operaciones de propaganda mediante altavoces.
El Sur estaba representado por el ministro de Unificación Hong Young-Pyo y el director de la Oficina Nacional de Seguridad Kim Kwan-Jin.
Corea del Norte envió a sus oficiales militares de más alto rango, Hwang Pyong-So -considerado el número dos del régimen-, y el secretario del Partido de los Trabajadores Kim Yong-Gon, que está a cargo de las relaciones con su vecino del sur.
Las tropas de ambos países estaban en alerta máxima desde que Pyongyang lanzó su ultimátum.
“Hemos llegado al alba de una guerra y la situación es irreversible”, había llegado a declarar el ministro norcoreano de Relaciones Exteriores en un comunicado difundido a primera hora de la mañana.
Estados Unidos reiteró por su parte su compromiso con Corea del Sur, en palabras del jefe del Estado Mayor, el general Martin Dempsey.
Aviones estadounidenses y surcoreanos realizaron ejercicios de simulación de bombardeos a media jornada.
Estados Unidos tiene 30,000 efectivos militares permanentemente en Corea del Sur.
Miles de civiles surcoreanos se instalaron en refugios subterráneos por precaución.
- Relativizar las amenazas -
Los expertos tienden a relativizar los anuncios belicosos que Pyongyang acostumbra lanzar y, aunque el riesgo de escalada siempre existe, algunos ven más bien una enésima provocación del régimen norcoreano.
“A la vista de sus métodos de negociación en el pasado, la probabilidad de que ejecuten su amenaza parece escasa”, estima James Kim, del Instituto Asan de estudios políticos de Seúl.
Pero al mismo tiempo, reconoce que no es fácil adivinar las intenciones del líder máximo norcoreano, Kim Jong-un, y las posibilidades de un ataque no podían excluirse del todo.
“Estamos preparados para responder con firmeza a cualquier provocación norcoreana”, declaró una portavoz de la presidenta surcoreana.
Antes del anuncio de las conversaciones, Seúl no tenía intención de ceder a las demandas de su vecino y se negaba a apagar los altavoces que difunden a todo volumen mensajes de propaganda en la frontera.
Vestida con uniforme militar, la presidenta surcoreana Park Geun-Hye habló ante un grupo de altos mandos del ejército para decirles que “no tolerará ninguna provocación de Corea del Norte”, según imágenes de la televisión surcoreana.
Fuente andina