Con protección policial, mujeres oran por primera vez en el Muro de los lamentos, con oposición de ortodoxos
Con grandes despliegues de seguridad, ctivistas feministas judías rezaron este viernes por primera vez libremente y bajo protección policial en el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, en donde ultraortodoxos que intentaron oponerse a su acción fueron detenidos.
El portavoz de la policía, Micky Rosenfeld, declaró a la AFP que 1.000 ultraortodoxos fueron mantenidos a distancia de un grupo de la asociación “Mujeres del Muro”, que hacían su oración mensual llevando chales de oración, tras una decisión de justicia que las autoriza a hacerlo.
Manifestantes ultraortodoxos intentaron pasar por la fuerza, algunos llamando “nazis” a los policías, otros insultando a las activistas. Lanzaron botellas de agua, bolsas de basura, sillas de plástico y huevos tanto contra los policías como contra las mujeres, contó un periodista de la AFP. Dos policías resultaron heridos, sin gravedad.
La policía detuvo a cinco ultraortodoxos por “desordenes públicos”, indicó el portavoz. Una vez que terminaron de rezar, los policías escoltaron a las mujeres hacia un bus que las llevó fuera de la Ciudad Vieja, después de ser atacadas por tiros de piedras, según Rosenfeld.
Durante más de 20 años, estas activistas feministas han pedido a las autoridades que se les autorice rezar en el Muro de las Lamentaciones – el lugar más sagrado del judaísmo, último vestigio del segundo Templo destruido por los romanos en el año 70 de la era cristiana – en voz alta, llevando el chal de oración, filacterias, la kipá y leyendo la Tora, una manera de orar tradicionalmente reservada a los hombres.
Hasta ahora, las mujeres judías podían orar al pie del Muro de las Lamentaciones, pero en estricto silencio y apartadas de los hombres. Si no respetaban esto, corrían el riesgo de ser detenidas por la policía o incomodadas por ultraortodoxos.
Pero el mes pasado, un tribunal dictaminó que el comportamiento de este grupo de mujeres no origina ningún desorden, por lo que no existe justificación alguna para detenerlas o interrogarlas, como venía sucediendo en los últimos meses.