Con las manos abiertas y la boca cerrada, por Cristián Labbé G.
Con las Manos Abiertas y la Boca Cerrada
Cristián Labbé Galilea
“Oh paradoja…” ¡En días absolutamente calmos… las preocupaciones arrecian! … “Dormimos poco y soñamos mucho…”.
No es para menos porque, si los efectos de la pandemia no son pocos, se supone que los tiempos que vendrán serán más difíciles, ya que “a esa cuenta” habrá que sumarle los daños ocasionados por “la revolución de octubre”… que no son menores.
¿Será que el confinamiento nos ha puesto sensibles o nos ha despertado un “especial don” para interpretar la realidad? Quizá, pero lo cierto es que, de mirar lo que sucede en el país, hay muchas cosas que se están haciendo bien… pero también hay cuestiones que están mal y que parecen no cuadrar…
No cuadran las sandeces que se dicen en los matinales, no cuadran las opiniones de animadores e “invitados especiales” que hablan de todo y no saben de nada; no cuadran los periodistas que, en cada entrevista, lo único que hacen es incitar a la crítica y al inconformismo; no cuadran los alcaldes que se han transformado en panelistas estables, en epidemiólogos y en candidatos presidenciales; no cuadran los políticos de uno y otro lado que se esfuerzan por preocuparse de lo que a la gente no le interesa… ¡Son muchas cosas las que no cuadran!
Puede resultar anecdótico, incluso festivo, el largo listado de asuntos que podríamos decir que no cuadran, ya que ninguno de por sí es “tan grave”; sin embargo, la sumatoria de ellos es algo preocupante. Pero lo que resulta alarmante es el entorno político que dichas actitudes y conductas han ido creando en el ambiente nacional.
Sin duda, de la pandemia vamos a salir; habrá que apretarse el cinturón, tendremos cambios de hábitos y muchos otros efectos… ¡No será fácil, pero se saldrá! Los terremotos, los desastres naturales y las múltiples emergencias, nos han activado una gran capacidad de resiliencia… Entonces, ¿cuál es el problema?
Lo que angustia y desvela, en estos días calmos, es saber si podremos soñar con un cambio radical de nuestra sociedad política… ¿Podrán los políticos, algún día, tener posiciones diferentes pero trabajar juntos, por el bien común general… ganándose así nuestra confianza?
Por de pronto, el sueño que nos tiene que mantener despiertos, no es… quién será el próximo presidente, ni si éste va a salir de entre los alcaldes o de tal o cual partido político; tampoco es si habrá plebiscito o si se postergará la elección de gobernadores. Nos debe desvelar saber si… ¿Seremos capaces de generar una renovación sustancial de la clase política que hoy tenemos, y de elegir representantes que no vivan embriagados por una obsesión de poder?
Hoy por hoy, el tema es la pandemia y las muchas personas que lo están pasando mal; por lo mismo, no hay espacio para ambiciones personales, protagonismos mediáticos, sórdidas recriminaciones. En estos días sólo caben actitudes generosas… ¡son tiempos de grandeza!, donde hay que “ponerle el hombro”… ¡con las manos abiertas y la boca cerrada!