Columna de opinión sobre incendio 2017 en Valparaíso
Mientras aun algunos celebraban la llegada de un nuevo año esperando los mejores parabienes para sus familiares, amigos y conocidos en general, en Valparaíso tenía lugar, nuevamente, un mega incendio que afectó a una gran cantidad de viviendas del sector de Playa Ancha, en la parte alta de la comuna.
Este mega incendio viene a demostrar la realidad de Valparaíso, con esa loca geografía que tanto gusta, pero que tanta necesidad tiene. Nuestra comuna surge en torno a la actividad portuaria y, se fue poblando desde las partes más bajas – el plan – hacia las partes más altas – los cerros – logrando atraer a diversas personas que la eligieron como el lugar donde vivir.
Algunos de quienes eligieron los cerros, fueron, en una parte, regularizando sus terrenos por Ministerio de Bienes Nacionales – a través del Decreto Ley 2.695 de 1979 – por la tan conocida “ley del mono”, por la ley general de urbanismo y construcción y su ordenanza, o simplemente, se encuentran en situación de “toma”. Aquellos que se encuentran en situación de “toma” representan entre el 50% y 60% del área que resultó quemada en este nuevo incendio de comienzos de 2017.
Ahora bien, el resultado lo conocemos latamente por los medios de comunicación, más de 200 casas totalmente quemadas, familias que perdieron todo, en la gran mayoría de los casos, el esfuerzo de toda una vida.
Muchas voces preguntaban qué había pasado luego del megaincedio del 2014 – cerca de 3.500 viviendas destruidas – con el ambicioso plan de reconstrucción de más de 509 millones de dólares. La pregunta era, ¿se ha hecho algo o sigue todo igual? ¿Cuántos incendios más deben ocurrir en la ciudad puerto? La respuesta es clara, se ha avanzado poco en el plan de reconstrucción, hay muchos nudos en los diversos organismos públicos, tales como Seremi de Desarrollo Social, Seremi de Vivienda, SERVIU, Seremi de obras públicas, etc… y lo que fue urgencia en algún minuto, después dejó de serlo. Sin la figura de una delegación municipal que sirvió de contraparte en muchos temas, el avance hubiese sido claramente menor.
Sin perjuicio de lo expuesto, creo que el tema de fondo es: ¿cuándo vamos a reconstruir, sólo debemos reconstruir las viviendas esperando, luego de un tiempo, una nueva catástrofe o, debemos reconstruir no sólo las viviendas, sino que también los barrios, las vialidades, espacios públicos, etc…?
La respuesta, desde mi punto de vista, es totalmente nítida y está representada por el segundo caso. Mientras no haya una inversión destinada a cambiar el lugar donde vivimos los porteños, con mayor seguridad, planes de emergencia, mejores vialidades y más y mejores espacios públicos, la situación de fondo no cambiará.
A esto, debemos agregar que se debe educar a la población, que entiendan que la quebrada no es para botar basura ni desechos domésticos, sino que es un lugar que hay que mantener limpio y, en la medida de lo posible, utilizar y cuidar.
Carlos Bannen