Chile: Los desafíos del próximo gobierno
CHILE: LOS DESAFIOS DEL PRÓXIMO GOBIERNO.
Carlos Cantero[1]
Un promisorio proyecto país, admirado en todo el mundo, está amenazado por el dogmatismo economicista de unos y el dogmatismo político de otros. Entristece el retroceso generado en el gobierno de centro izquierda, en este proceso estamos dilapidando una oportunidad histórica para salir de la pobreza y avanzar decididamente hacia el desarrollo. En general, no hay una estrategia de adaptabilidad a los cambios que representa la emergencia de la sociedad digital. ¡¡No funciona hacer más de lo mismo!!
La gran categoría que cruza todo Chile es “CRISIS”, percibida como estructural o sistémica, que alcanza todos los sectores que se analicen. Consecuencia de lo anterior, la variable que reclaman los chilenos es “CAMBIO”. Otro elemento categórico es el exacerbado “individualismo” que la ciudadanía reclama cambiar por solidaridad; demandando equilibrio entre los bienes privados y los bienes públicos que las personas demandan al Estado. Una demanda sustantiva lo constituye el nuevo valor de la diversidad en un Chile que reclama pluralismo. Para ello se debe romper el reduccionista carácter endogámico que muestran las dos corrientes principales, mientras los desencantados e independientes engrosan una gran columna que espera.
La banalidad, el nihilismo y el hedonismo arrasan los valores en el ámbito privado y público. Las instituciones y su institucionalidad resienten la embestida materialista, la ineficiencia y la mediocridad se instaló en el ámbito público. La ineptitud política conlleva el deterioro de las instituciones fundamentales de la República, están amenazadas las bases de una sana convivencia, se polarizan posiciones, no hay espacios para el diálogo. Se evidencia la incapacidad relacional de la política, el Parlamento no parlamenta ni promueve el encuentro entre los chilenos. Las clásicas categorías políticas (derecha o izquierda) no representan nada relevante, por su minimalista visión del sentido de comunidad, la ruptura del contrato social para cautelar el bien común, el escaso sentido ciudadano y la presunta incondicionalidad con el bien privado.
En todo el espectro político el valor del mérito parece secuestrado y se observan visos de corrupción, inmediatismo pragmático y oportunismo. Mientras tanto, paralelamente, en forma soterrada o mimetizada se emplaza en el país el narcotráfico y sus perversas secuelas de degradación, violencia y muerte. Espero que no sea demasiado tarde cuando tomemos conciencia y reaccionemos. Todas estas características actuando como una metástasis social.
La clave del éxito político para el próximo gobierno está en equilibrar la virtuosa ecuación de la gobernabilidad: crecimiento económico; equidad social y estabilidad política. El desafío consiste en constituir una auténtica economía social de mercado, con nuevos y mejores sistemas de redistribución, colaboración y sentido social. Reencontrarnos con los principios y valores republicanos, generar diálogo nacional, recomponer la confianza relacional, potenciando los elementos aglutinantes que permitan construir comunidad. Se requiere poner en equilibrio el principio de subsidiariedad, que el neoliberalismo elevó a estatus de dogma de fe, con el principio de la solidaridad que abre amplios espacios a lo social; equilibrando el rol del mercado con un Estado eficiente y eficaz. Debemos retornar al encuentro con los principios humanistas; potenciar el sentido ciudadano; proteger los bienes públicos; promover el bien común; el compromiso ambiental; el respeto a la diversidad y el pluralismo; un Estado laico neutral en materia religiosa; el respeto a la libertad de conciencia de las personas; y, un estado de derecho sin privilegios para personas, grupos o élites.
Si se asume un liderazgo habilitante que potencie el sentido de comunidad; si se anuncian correcciones al modelo que permitan pasar del crecimiento económico a un auténtico desarrollo económico y social; si se convoca a los chilenos para que vivamos la fraternidad y la emoción de un destino común; si la centro-derecha articula un equipo humano y una estrategia que exprese el pluralismo que los chilenos esperan para enfrentar estos desafíos, la próxima elección presidencial se puede definir en primera vuelta.
[1] Carlos Cantero, es Geógrafo, Master y Doctor en Sociología. Académico, conferencista y pensador chileno. Destaca su interés en el estudio de la Sociedad Digital y la Gestión del Conocimiento. Fue Alcalde en tres oportunidades, Diputado en dos períodos, Senador en dos períodos y Vicepresidente del Senado de Chile.