
Un luchado partido pero con firmeza, fue el estreno de Chile en el mundial de Brasil, ante los ojos del mundo. El jugador Jean Beausejour terminó sellando el último gol a solo un par de minutos del término del juego. Llegó desde el banco para salvar del sufrimiento a Chile. Y es que ya se iba el duelo y la «Roja» con angustia defendía un 2-1 que se había complicado.
Ahí llegó el formado en Católica. Con un zapatazo desde fuera del área cuando ya se jugaban dos minutos de agregado desahogó a los jugadores y a todo el país. El equipo nacional ganaba 3-1 y los tres puntos que lo dejan encaramado junto a Holanda como los líderes del Grupo B.
Fue cambiante el partido. Chile parecía una tromba en los primeros minutos. Un equipo sin tapujos y arrollador. Si a los 10′ ya ganaba 2-0 a una Australia que parecía no estar en la cancha. La «Roja» lo pasaba por arriba. Pero bajó el ritmo el equipo de Sampaoli y terminó cediendo terreno, bajando el ritmo y al final pasó susto.
Estaba para fiesta el partido. A los 7′ Alexis Sánchez y a los 10′ Jorge Valdivia ponían el 2-0 rápido y con contundencia. Pero se vino abajo el elenco nacional y a los 35′ Tim Cahill puso el descuento que tuvo complicado a Chile, hasta la aparición de Beausejour.
Lo más complejo para el equipo de Sampaoli estuvo en el segundo lapso, porque se ahogó. Ya no funcionaron los circuitos, comenzaron a cansarse y sufrió, especialmente con las jugadas por alto.
Lo peor de la «Roja» estuvo en eso, en contener los balones aéreos. A ratos parecía que Australia podía encajar el empate. Incluso, le anularon un tanto a Cahill en el segundo tiempo. Estaba adelantado.
En el medio también hubo complicaciones y costó mucho juntarse con la línea ofensiva. El gran Alexis Sánchez, que había jugado unos tremendos primeros 25 minutos, desapareció de a poco, lo mismo que Valdivia y un opaco Eduardo Vargas.
Al final, lo mejor de Chile estuvo en los extremos. Los primeros y últimos minutos del partido, aunque deja en duda la posibilidad de sostener un rendimiento todo el pleito.