Una vez ya  inscritos en el Conservador de Bienes Raíces de Rancagua los terrenos en Machalí, se zanjó el negocio que involucró a Caval, la empresa que sacó a la palestra y generó el escándalo  a la familia de la Presidenta Michelle Bachelet, a través de su nuera y su hijo. Según informa El Mercurio, veinte días después que se firmara el contrato de compraventa entre esta compañía y Silca Ltda., propiedad del empresario Hugo Silva, los tres predios fueron finalmente traspasados a su comprador, quien los adquirió en una suma de $9.500 millones.

Paralelamente, el Banco de Chile recibió el pago del crédito que fuera otorgado a Caval luego de una reunión en la que participó Sebastián Dávalos con Andrónico Luksic, vicepresidente y uno de los dueños de la entidad. La institución financiera otorgó $6.500 millones, lo que sumado a los intereses alcanza una suma aproximada de $7 mil millones. La diferencia entre ambas sumas es lo que finalmente ingresó a las arcas de Caval.

Sin embargo, en una entrevista efectuada luego de renunciar a su cargo en la Dirección Sociocultural de la Presidencia, Dávalos además de asegurar que no trabaja en Caval desde que se aprobó el crédito en diciembre de 2013, enfatizó que el dinero del negocio no necesariamente representó una ganancia para la empresa en la que es propietaria su esposa Natalia Compagnon. “La empresa Caval va a tener que pagar seguramente ingenieros, abogados, contadores, oficinas, etc. Y después de todo eso, luego del ejercicio financiero va a poder ver cuánto generó de utilidad, si es que le generó”, dijo el 15 de febrero, palabras que terminaron por indignar a la sociedad en su conjunto.

Fuente: mostrador