Los brasileros amanecieron con un nuevo presidente y la esperanza de que el país tome un camino de crecimiento, desarrollo y lucha total contra la corrupción y el marxismo. El nuevo presidente Bolsonaro ha prometido la lucha frontal contra la delincuencia, grupos de corrupción y la eliminación total del marxismo de Brasil, tras años de sometimientos ideológicos que dejaron al país en un estado de división, pobreza y una clara clase política de izquierda, adinerados como millonarios.

Al cambio de mando asistió el también el presidente chileno Sebastián Piñera, quien recibió una verdadera ovación de los adherentes a Bolsonaro, provocando que el mandatario chileno cruzara la calle para saludar personalmente a la gente. Piñera pasó por Paraguay a buscar al primer mandatario de ese país, para mantener una reunión privada en el avión presidencial chileno.