Gobierno de Bachelet cede ante presiones comunistas y confirma en el cargo a embajador que difamó a la derecha en Uruguay
El canciller, Heraldo Muñoz, confirmó esta tarde la continuidad en su cargo del embajador de Chile en Uruguay, Eduardo Contreras, tras los polémicos dichos del diplomático donde vinculó a la ultraderecha con los últimos atentados ocurridos en el país, cediendo de esta forma a las presiones del partido comunista, para mantener en el cargo al abogado de extrema izquierda.
Muñoz señaló: “Tuve un diálogo franco y extenso con el embajador de Chile en Uruguay Eduardo Contreras, le he reiterado que los embajadores renuncian a la libertad de opinión cuando asumen un cargo en representación de nuestro país. Él me ha dado excusas y explicaciones por su proceder. Hemos aceptados la excusas y la retractación que ha hecho el embajador Contreras respecto a sus dichos, está claro que este asunto no puede no constituye un precedente”, dijo la autoridad.
Muñoz agregó que ”para el Gobierno este episodio está cerrado, el embajador regresará a Uruguay en los próximos días”.
Poco antes, Eduardo Contreras reiteró la disculpas por sus declaraciones y agregó que sus dichos “no se condicen con el clima de entendimiento de un país inclusivo que ha planteado el Gobierno de la Presidenta Bachelet”.
En relación a las causas de sus declaraciones, el embajador de Chile en Uruguay dijo que “ingenuamente pensé que se trataba de una conversación preliminar e informal con la periodista del medio que reprodujo mis declaraciones, para más adelante tener una entrevista más formal. No era así y por ellos pido disculpas a “La Diaria”, medio que actuó siempre de buena fe”.
El incidente se originó cuando Contreras manifestó en entrevista con el periódico uruguayo ”La Diaria”, que “no tengo ninguna duda de que estos actos terroristas que se han registrado son de la ultraderecha.(..) Mi lógica es la siguiente: cuando no hay cambios no hay terrorismo. ¿A quién le interesan los actos terroristas? A la derecha, a la derecha empresarial”.
En esa línea agregó que “es lo mismo que hacían cuando (estaba) Allende, aunque usen elementos anarquistas”.
Estos dichos causaron la molestia de los líderes de la Alianza, quienes exigieron su renuncia al cargo.