Marina Silva confirma su candidatura a la presidencia de Brasil y desata el pánico de sus rivales
La ex ministra de Medio Ambiente de Lula, que reemplaza al fallecido Eduardo Campos como aspirante socialista, ya aparece en segundo lugar en los sondeos, tras la presidenta Rousseff.
Se acabó la incógnita en Brasil. La ecologista Marina Silva será la candidata socialista a la presidencia en lugar de Eduardo Campos, fallecido la semana pasada en un accidente aéreo en Santos, São Paulo. Silva y su candidato a la vicepresidencia, Beto Albuquerque, se convierten ahora en el tándem más temido ante las elecciones generales del próximo 5 de octubre, en las que la presidenta Dilma Rousseff aspira a la reelección y es la candidata favorita.
Tiene el beneplácito de la viuda de Campos
El presidente del Partido Socialista Brasileño (PSB), Roberto Amaral, declaró que «la candidatura de Marina contempla nuestro proyecto. Será una solución de continuidad». Albuquerque, cercano a Campos y a Marina, es un militante con tradición en el partido. La nueva candidata se afilió al PSB sólo a fines del año pasado, cuando no consiguió lanzar su propio partido, Rede Sustentabilidade, por falta de firmas.
La entrada de Silva en el tablero electoral ya preocupa a los dos principales partidos del país -el oficialista Partido de los Trabajadores(PT) y el socialdemócrata PSDB (Partido de la Socialdemocracia Brasileña)-, que se alternan en la presidencia de Brasil desde hace 20 años. Silva preocupa al equipo de Rousseff, que busca mantenerse como opción favorita. Pero sobre todo al PSDB, que por primera vez en dos décadas puede no pasar a la segunda vuelta.
Veinte millones de votos
Una encuesta difundida antes de la confirmación de su candidatura ya situaba a Marina Silva en el segundo lugar en las encuestas, con apenas un punto porcentual sobre el socialdemócrata Aécio Neves, quien tenía una ventaja de 11 puntos sobre los socialistas. Frente al 8% en los sondeos que dejó Campos -un candidato que se hizo más conocido en Brasil a su muerte-, Silva alcanza el 21%, un porcentaje muy cercano al 19% que alcanzó en las elecciones de 2010, cuando quedó en tercer lugar, con 20 millones de votos.
Se compromete a no romper ninguna alianza previa
Silva no es una candidata natural del PSB, a pesar de ser la candidata a la vicepresidencia con Campos. Su confirmación dependía de una serie de acuerdos y de que aceptase los acuerdos ya definidos por Campos y el partido, incluso con los socialdemócratas, a los que ella se opone. Silva se comprometió a no romper ninguna de las alianzas. La candidata también tuvo el apoyo de la viuda de Campos, Renata, que sonó como candidata a la vicepresidencia por ser militante del partido.
La ecologista de 56 años fue candidata del Partido Verde en 2010 y antes fue militante histórica del PT, en los tiempos en que fue fue ministra de Medio Ambiente de Luiz Inácio Lula de Silva. Marina dejó el cargo por discrepancias con la actual presidenta Rousseff sobre las políticas de desarrollo y el medio ambiente.
Evangelista
Los dos partidos líderes preparan una guerra contra la candidata, que ya comenzó en las redes sociales apenas se confirmó el accidente aéreo de Campos. Los ataques se dirigen al conservadurismo de Silva, que es evangelista. La candidata socialista, sin embargo, defiende su derecho de credo garantizado por la Constitución, afirma que el estado es laico y que ella gobernará para los ciudadanos de todas las religiones y para los ateos.