Publicado En: Vie, abr 4th, 2014

«Siento haberle hecho esperar», dijo sonriente la Reina de Inglaterra al saludar al Papa Francisco

El encuentro privado duró 17 minutos y comenzó con una disculpa por parte de la soberana

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«Siento haberle hecho esperar», dijo sonriente la Reina de Inglaterra al saludar al Papa Francisco disculpándose por el ligero retraso, de unos 15 minutos, en la llegada al Vaticano, acompañada por su esposo, el príncipe Felipe de Edimburgo. El Santo Padre quitó importancia con una sonrisa y le dijo como bienvenida: «Queremos que se sienta como en su casa».

La visita duró media hora, y el diálogo en privado 17 minutos, y se desarrolló en un clima informal y familiar, sin el protocolo de Jefe de Estado ni tampoco de Jefe de la Iglesia de Inglaterra.

El Santo Padre había pensado recibir a la Reina –que llegó elegantemente vestida de color violeta- en su residencia de la Casa Santa Marta, pero como las escaleras de la entrada suponían un problema, el encuentro tuvo lugar en el estudio del Papa contiguo al Aula Nervi, donde recibió hace poco a la presidenta del Brasil Dilma Rousseff.

La Reina y el príncipe Felipe llegaron con un ligero retraso después de un almuerzo con el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, en el palacio del Quirinal. Al paso de su caravana por la Vía della Conciliazione en una tarde soleada, los visitantes británicos recibieron los aplausos de muchos romanos y turistas, en un clima de simpatía.

El encuentro con el Papa tuvo un carácter muy informal y un clima familiar. Además de regalar a la Reina un facsimile del siglo XVII del decreto de canonización de San Eduardo «El Confesor», rey de Inglaterra entre 1043 y 1066, el Santo Padre añadió un regalo para su nieto, el pequeño Jorge, hijo de los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, que cumplirá un año el próximo mes de julio. Se trataba de un globo de piedra semipreciosa de color azul, coronado por una cruz. Fue una agradable sorpresa, y el Papa Jorge Bergoglio explicó el motivo que les unía: «Tenemos el mismo nombre».

A su vez, la Reina le obsequió una enorme cesta de productos de agricultura biológica. Con sano orgullo le explicó que «esto viene de mi jardín: vino, jugo de manzana, miel…». Era un regalo parecido al del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien trajo el pasado jueves una caja con semillas de árboles y flores de los Jardines de la Casa Blanca.

Anteriores visitas al Vaticano

La Reina Isabel de Inglaterra, que cumplirá 88 años este mes, conoció en 1951, cuando todavía era princesa, al Papa Pio XII. Desde entonces se ha reunido con Juan XXIII, Juan Pablo II y Benedicto XVI, a quien recibió en Escocia en el 2010.

La visita al presidente italiano y al Papa es absolutamente extraordinaria, pues Isabel de Inglaterra prodiga muy poco las salidas al extranjero. Su último viaje oficial había sido a Australia en el 2011. Concluido el encuentro con el Papa -quien les acompañó a la puerta y se quedó esperando allí hasta que se alejaron los automóviles-, la Reina y el príncipe Felipe se dirigieron al aeropuerto de Ciampino, donde habían aterrizado a las 12.30 de la mañana para una visita de muy pocas horas a Roma.

Aparte del clima de simpatía establecido con la Reina desde el primer momento, el Papa mantiene una buena relación de trabajo y amistad con el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado de la Iglesia Anglicana.