Nadia Murad, la yazidí que fue esclava sexual de ISIS y ganó el Nobel de la Paz
La activista iraquí Nadia Murad transformó en dignidad la humillación a la que el grupo terrorista Estado Islámico sometió a los yazadíes, su milenario pueblo.
Todo cambió para esta joven, de 25 años, el 3 de agosto de 2014. Aquel día la comarca iraquí de Sinyar, donde nació y creció, vio como una columna de vehículos de los terroristas llegaba para iniciar una operación salvaje de sometimiento y de exterminio.
Su objetivo era acabar con los yazadíes, una minoría religiosa de etnia kurda asentada en el norte de Irak, cuyas raíces se remontan a 2.000 años en los que ha sufrido 74 genocidios, y a los que los yihadistas del Estado Islámico (EI) consideran infieles.
La masacre del grupo terrorista supuso la muerte de unas 5.000 personas, según cálculos no oficiales, y la esclavitud de alrededor de 3.000 niñas y mujeres que fueron sometidas a ventas y reventas para su explotación sexual.
Una de ellas fue Nadia Murad. Aquel día estaba junto a su madre y sus 12 hermanos en su natal Kojo, un pueblo agrícola, del que los yihadistas se llevaron a todo el mundo.