“Perros de Paja”, por Cristián Labbé Galilea
“Perros de Paja”
Cristián Labbé Galilea
Con quien he conversado en estos días me reafirma la máxima de que todo viaje -por sencillo que parezca-demanda “la mitad de la ropa y el doble de plata…”, más aun tratándose de un largo “feriado dieciochero”.
Además de los gastos, las fiestas patrias tienen componentes especiales: muchas banderas, huasos y chinas, desfiles, “ecuménicas acciones de gracias”…; todos aspectos de gran tradición e historia.
Como un paréntesis de la contingencia, da la impresión de que en este período se privilegian más los aspectos que unen a la sociedad, que aquellos que la dividen… Por lo mismo, se notan demasiado las minorías políticas que muestran su intolerancia y su odiosidad…
Esta reflexión fue recurrente en mis conversaciones de esta semana con varios jóvenes: unos universitarios, otros emprendedores, unos más radicales, otros más indiferentes, unos conservadores y otros más bien liberales… pero todos con opinión propia.
A pesar de las obvias diferencias etarias y de algunas divergencias políticas, coincidimos en el sentido que tenían estas fiestas y en la intolerancia con que estaban actuado ciertos sectores políticos, especialmente las minorías que no aceptaban que alguien pensara diferente a ellas.
Así mismo, estuvimos de acuerdo en el necesario reconocimiento que merecían las minorías en una sociedad moderna, sean estas sexuales, políticas, étnicas, religiosas…
Concordamos también en que nuestra “identidad y dignidad nacional” se ha forjado -fronteras adentro- después de más de 500 años de la fusión de pueblos originarios con europeos, generando los basamentos políticos, culturales y sociales propios de nuestro sentido republicano, donde los militares han jugado un rol fundamental.
Mis noveles interlocutores reconocieron que no es lo mismo, el respeto y la tolerancia política, que el aceptar “impávidamente” a grupos exaltados queriendo imponer sus ideas, alterando el orden y la paz social para instalar una verdadera “dictadura de minorías”.
Después de largas conversaciones estuvimos de acuerdo en que: este septiembre ha sido una buena oportunidad para comprobar que gran parte del país está concentrada en progresar social y económicamente y en que tanto conservadores como liberales reconocían la necesidad de abordar los problemas que afectaban a las minorías pero… respetando el deseo de las mayorías.
Por último, pude comprobar que ninguno de mis jóvenes interlocutores, por más progresistas que fueran, estaban de acuerdo de que después de más de 45 años sectores políticos quisieran mantener, odiosa y artificialmente, a los militares como “los chivos expiatorios” para purgar su ineptitud y para encubrir la intolerancia de grupos minoritarios e ideologizados.
De vuelta de este “patriótico feriado” (con más ropa y menos plata) vuelvo optimista pues -después de escuchar a los jóvenes- pienso que la gran mayoría no está dispuesta a hipotecar su futuro y el bienestar de su familia en favor de una jauría de “perros de paja…” concepto que, según la tradición china, define a quienes buscan aparentar fuerza y poder para ocultar su naturaleza… hueca y falsa.