“Qatar es un país traficante de esclavos. Para construir todas las infraestructuras,morirán posiblemente más trabajadores que los 736 futbolistas que estarán sobre el césped en el Mundial”, alertó la Confederación Sindical Internacional (CSI).

Muchos obreros están en condiciones inhumanas debido a que el llamado patrocinio del visado permite la imposición de trabajo forzoso y la retención de los pasaportes de los trabajadores extranjeros, la mayoría procedentes de Nepal o Filipinas, según la CSI.

Además, los pagos y salarios prometidos muchas veces no se cumplen. Los obreros tienen que vivir hacinados en sucios campamentos de trabajo.

Se estima que necesitarán 1,2 millones de trabajadores inmigrantes para construir los estadios y otros proyectos en un país en el que sólo hay 300.000 personas con nacionalidad qatarí.

La acusación de esclativud llega apenas dos meses después de que la revista France Football asegurase que Qatar compró, en 2010, la votación en la que fue elegida como sede del Mundial de 2022.

La Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) aseguró el inicio de las conversaciones con diversas organizaciones de trabajo y de derechos humanospara garantizar condiciones de trabajo seguras y decentes en los países anfitriones del Mundial de fútbol.