CHILE: CORRUPCIÓN Y NARCO-POLÍTICA.
Por Carlos Cantero.
Las instituciones políticas y éticas parecen impávidas, inconmovibles, permisivas, sin capacidad de reacción. Pronto verificaremos que delincuencia, violencia, terrorismo y corrupción, tienen un mínimo común denominador. Más temprano que tarde asumiremos que la extensión de estos flagelos (y sus secuelas) están fuera de control en muchos sectores de nuestro país. En todo el espectro político y social el valor del mérito parece secuestrado y se observan visos de corrupción, pragmatismo y oportunismo. Como si esta lacra no fuera suficiente, mientras tanto, en forma paralela y soterrada, observamos la proliferación del narcotráfico y sus perversas secuelas de degradación, violencia y muerte. Y, ahora se emplaza la narco-política. ¿Dónde perdimos ese Chile respetado y admirado por el mundo?. ¿Qué tendrá que pasar para que reaccionemos (estructuralmente) frente a la corrupción y el flagelo del narcotráfico? El costo de vidas en las policías no conmueve, el drama que se vive en las poblaciones como consecuencia de estos hechos con suerte da para abrir la crónica roja. ¿Será necesaria la muerte de un Juez o algún periodista para tomar conciencia? Digámoslo con claridad -no son hechos aislados ni de funcionarios de tercera línea- este fenómeno ha alcanzado altos niveles de nuestras instituciones públicas y privadas. ¡Se trata de un proceso que cruza transversalmente nuestra sociedad extendiéndose como peste en cada rincón del país! Lo vemos en altos ejecutivos de empresas, en la administración pública, en las instituciones políticas. Los casos que están en la justicia muestran el nivel de descomposición de instituciones fundamentales para nuestro país, que debieran ser baluarte de probidad: Carabineros, Ejército, la iglesia y el encubrimiento de abusos sexuales, empresarios que eran presentados como íconos de comportamiento ético -superhéroes del emprendimiento- terminan como corruptos, robando a millones de compatriotas: desde el papel confort, siguiendo por los pollos, hasta llegar a los remedios y mucho más. Ahora, comienza a evidenciarse lo peor – a la corrupta relación de la política y el dinero- se agrega la narco-política. Las autoridades no saben su alcance y extensión, pero, bastará preguntar a vecinos de cualquier población de Chile para tener datos duros y puros. El relativismo ético y la mediocridad parecen arraigarse en nuestra sociedad. En el sector público y privado se difunden conductas ilícitas, derechamente fuera de la ley y alejadas de las buenas costumbres. Y, por supuesto, al ser descubiertos ¡nunca nadie sabe nada! Desde las más altas magistraturas hasta el simple funcionario ¡se enteran por los medios de lo que ocurre en sus narices! Las instituciones que debieran ser referentes de conducta ética se muestran conformes con que sus miembros no estén involucrados en casos de corrupción, otros tienen la esperanza de no ser investigados. Como si aquello constituyera mérito. La lógica de la casa del jabonero “el que no cae resbala”, la tesis del “tejado de vidrio”. ¿Habrá en Chile alguna institución que pueda dar su luz en materia ética, republicana, laica y filosófica? Dada la grave crisis institucional se requiere un cambio de actitud, promoviendo resueltamente acciones para denunciar y detener este proceso de deterioro ético-social, la silenciosa metástasis que cual cáncer se apodera de los órganos socio-políticos de nuestra sociedad. Espero que no sea demasiado tarde cuando reaccionemos.
Carlos Cantero, es Geógrafo, Master y Doctor en Sociología. Académico, conferencista y pensador chileno. Destaca su interés en el estudio de la Sociedad Digital y la Gestión del Conocimiento. Fue Alcalde en tres oportunidades, Diputado en dos períodos, Senador en dos períodos y Vicepresidente del Senado de Chile. [email protected]