Siria abraza la propuesta rusa para desactivar un ataque internacional
Rusia propone a Siria poner sus arsenales de armas químicas bajo control internacional y Damasco acepta
Siria aprueba la propuesta de Rusia de poner sus arsenales de armas químicas bajo control internacional, según dijo el jefe de la diplomacia de Damasco Walid Muallem, ayer en Moscú. El ministro se había entrevistado antes con su colega ruso Serguéi Lavrov, quien, con un hábil gesto, supo transformar una frase retórica del secretario de Estado norteamericano John Kerry en una iniciativa en toda regla destinada a evitar un ataque militar norteamericano sobre Siria.
Rusia ha pedido a Siria que ponga sus arsenales de armas químicas bajo control internacional, anunció Lavrov a los periodistas, que fueron convocados con carácter urgente el lunes a las seis de la tarde en Moscú. El ministro ruso dijo haber formulado esta propuesta a su colega sirio y agregó: “No sabemos si Siria estará de acuerdo, pero si el establecimiento de control internacional sobre las armas químicas en ese país ayuda a evitar ataques, nosotros nos ponemos a trabajar con Damasco”.
“Exhortamos a los dirigentes sirios a ponerse de acuerdo no solo para poner los arsenales de armas químicas bajo control internacional, sino también para destruirlos a continuación y también para incorporarse plenamente a la Organización de Prohibición de Armas Químicas”, subrayó Lavrov, quien dijo esperar una respuesta rápida y positiva de los sirios. Mientras tanto, funcionarios de Exteriores aprovecharon la breve aparición de Lavrov ante la prensa para animar a los periodistas a acudir a una cita con Muallem en el hotel donde éste se alojaba en Moscú. El desplazamiento no fue en vano, porque el representante sirio se abrazó al salvavidas que le tendía Lavrov. “Siria acoge positivamente la iniciativa rusa en nombre de la preocupación de los dirigentes sirios por la vida de nuestros ciudadanos y la seguridad de nuestro país”, dijo Muallem, que elogió la “sabiduría de los dirigentes rusos que intentan evitar la agresión norteamericana contra nuestro pueblo”.
La iniciativa de Lavrov tuvo su origen en unas declaraciones del secretario de Estado norteamericano John Kerry, quien, en respuesta a una pregunta, había dicho que el presidente Bashar el Asad puede evitar un ataque militar si entrega las armas químicas. Aunque Kerry dio por sentado que Asad no iba a aceptar tal planteamiento, Moscú decidió probar suerte y, tomándose en serio las palabras del norteamericano, trasmitió a los sirios el mensaje que, como mínimo, puede permitirles ganar tiempo.
No es la primera vez que los dirigentes rusos confrontan a los políticos estadounidenses con sus propias aseveraciones y les obliga a rectificar o a admitir el carácter retórico de palabras destinadas a crear una opinión pública favorable a los argumentos de Washington. Moscú obligó al Pentágono a desdecirse cuando el jefe de aquel departamento aludió a una supuesta procedencia rusa de las armas químicas sirias. Rusia, que ha suministrado armamento al régimen sirio, continuará ayudándolo en el futuro, según manifestó Putin el viernes en la cumbre del G-20 en San Petersburgo. El ministro Muallem trasmitió a Lavrov el agradecimiento de Bashar el Asad por la postura rusa en aquel foro.
En la cumbre del G-20, el presidente Putin y su colega norteamericano Barack Obama mantuvieron una conversación de 20 minutos sobre Siria en la que constataron de nuevo sus diferencias. Obama considera que el régimen es culpable de haber utilizado armas químicas contra la población civil el 21 de agosto pasado en las afueras de Damasco. Putin, por su parte, cree que se trata de una provocación organizada por los rebeldes.
Lavrov dijo que Rusia considera la posibilidad de mantener conversaciones sobre Siria en Moscú en el marco de la conferencia Ginebra-2, una iniciativa conjunta ruso-norteamericana que se encuentra estancada. Un ataque militar contra Siria provocaría la retirada de Damasco del proceso de Ginebra, advirtió Muallem.