Una difícil situación política e institucional vive el Comandante en Jefe de la FACH, ya que ha decidido no entregar los nombres de los oficiales que bombardearon La Moneda y la Casa Presidencial de Tomás Moro, el 11 de Septiémbre de 1973, día en que los militares chilenos derrocaron al régimen marxista de Salvador Allende.

Tras la grave crisis social, económica, institucional y riesgos de un auto golpe comunista, los militares oyeron el clamor ciudadano y político, derrocando al gobernante socialista marxista Salvador Allende.

La imagen histórica muestra los aviones de guerra de la Fuerza Aérea, bombardeando el palacio presidencial. Los patriotas oficiales han mantenido sus nombres bajo estricta reserva y protección de sus camaradas de armas. Hoy,  la izquierda chilena persigue al alto mando institucional, para averiguar el nombre de los oficiales que pilotaron esos aviones, a fin de continuar con los afanes de venganza y polarización política nacional.

Tomando en cuenta todo lo anterior, y a petición del Consejo para la Transparencia, la Contraloría inició un sumario para determinar si hubo denegación infundada de información por parte de la Fuerza Aérea, lo cual contravendría la ley de transparencia vigente.