Columna de Opinión del Ex Ministro Sergio Bitar.

Cuando se avizoran los cambios que se avecinan en los próximos 20 años en Asia y América Latina podemos imaginar las nuevas oportunidades que se abren a Chile. ¿cuáles son ellas, y sabremos aprovecharlas?
En 2035 Asia contendrá más de 1/3 de las clases medias del mundo. China e India representarán el 40% del producto mundial. Se acrecentará la demanda de alimentos, crecerán las ciudades requiriendo materiales y energía, necesitarán más servicios y todo ello deberá lograse con tecnologías que reduzcan la emisión de CO2. Por otro lado, América del Sur se acercará a los 600 millones y, si contamos a México, América Central y el Caribe la población se acercará a 800 millones. Para atisbar los escenarios futuros hay que conocer entonces las tendencias globales.

Adquirirá más vigencia que nunca la idea de Chile plataforma o país puente entre América Latina y Asia, en el Pacifico Sur. Conseguir una posición de vanguardia exige desde ahora dar un salto mayor en CONECTIVIDAD. Se trata de conectividad física y digital, infraestructura y fibra óptica, puertos, aeropuertos, carreteras y banda ancha móvil.

La conectividad es y será el factor impulsor de la calidad de vida, la innovación y el desarrollo. La educación requerirá cada vez más COMUNICACION a distancia para conectar a nuestros alumnos y profesores con los principales maestros del mundo y conocer sus prácticas. La telemedicina se expandirá por todo el planeta para prevenir y dar mejor y rápida atención. La innovación necesita de redes de expertos e investigadores, en ciencia y tecnología. El teletrabajo dentro de Chile y hacia el exterior dependerá de nuestra conectividad.

La conexión rápida y segura de servicios de transporte de calidad y con bajos costos en el territorio nacional y con el mundo será la clave para las exportaciones y el desarrollo. Puertos de gran escala, corredores bioceánicos, aeropuertos de calidad, conectividad austral, autopistas interurbanas, caminos pavimentados y puentes nos darán gran capacidad de acción y cohesión interna. Permitirán una mejoría en la producción agrícola, acuícola, forestal y minera, dando acceso a pequeños y medianos productores, al igual que a la pequeña minería y el turismo. Nuestra primacía en astronomía, cielos transparentes, debe acrecentarse elevando la formación e integración de nuestros astrónomos, científicos y nuestros alumnos de colegios y universidades, con una potente conectividad digital a los principales institutos tecnológicos.

Por otro lado, los visionarios coinciden que las ciudades inteligentes serán el motor del crecimiento y tendrán más éxito aquellas con buena conectividad digital e infraestructura. Más del 90% de los chilenos viviremos en ciudades de más de 5000 habitantes en 2035, uno de los países más urbanizados del mundo. Ciudades con buenos centros educativos, tecnológicos, financieros, con cultura, parques, seguridad, transporte público, integradas socialmente serán más exitosas para atraer empresas de tecnología avanzada y generar empleos de calidad. Necesitaremos la mejor CONECTIVIDAD física y digital. Al mismo tiempo, la relación con Asia nos está abriendo nuevos mercados en alimentos.

Chile y América Latina tienen grandes ventajas en agua, en tierra y en costas para abastecer de alimentos al mundo.

Ello también necesitará de una INFRAESTRUCTURA para proteger y utilizar nuestras fuentes de agua, incluyendo desalinización, y mucha más investigación en biotecnología.

El éxito de Chile será mayor si desde ahora nos abocamos a construir la mejor infraestructura para la conectividad de todos los chilenos y con el mundo. Así lograremos posicionarnos internacionalmente a tiempo, no quedarnos atrás. Podemos también impulsar esta tarea con los países de la Alianza del Pacifico (Chile, Perú, Colombia Y México) y los de MERCOSUR (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) actuando conjuntamente, integrando redes eléctricas, digitales y de transporte en América del Sur.

En este y otros campos Podemos convenir e impulsar una estrategia nacional de largo plazo en este y otros campos, que nos permita aprovechar las oportunidades de futuro. A esta tarea debemos otorgar la mayor prioridad. Contamos con una base humana e institucional y con la voluntad de muchos chilenos y chilena para superar el corto plazo y el pesimismo, levantar la mirada y actuar con dirección compartida, entusiasmo y confianza.