Infidelidad en la Actualidad
En Chile un 58,9% de las personas confiesan haber sido infieles alguna vez, por lo que incluso parejas que refieren sentirse felices están expuestas a infidelidades, generándose una gran inestabilidad frente al tema en cuestión. Durante siglos, hemos peleado para unir el amor y sexo con el fin de encontrar la felicidad y alejarnos de las tentaciones, pero este resultado, nos esta demostrando que en este siglo los medios y la tendencia al remplazo de las cosas, parecen estar dificultando las relaciones de pareja.
¿Será sólo la intención de buscar placer sexual el motivador inicial de la infidelidad? ¿Existirá algo más?. Antes, los matrimonios en su mayoría poco tenían de amor, eran en gran parte contratos que procuraban mantener las relaciones sociales en orden y en la infidelidad se encontraba el amor. No se daban las condiciones para disfrutar de la pareja, se pensaba que el respeto en la cama era gozar de una mujer puritana y el hombre permisivo, debía satisfacerse en prostíbulos. Debido a esto, las mismas parejas entraban en una dinámica donde se anulaban los deseos, pero hoy el mundo ha cambiado y se intenta buscar igualdad de derechos, lo que le ha dado al matrimonio mayor relevancia.
Vivimos en una sociedad donde lo que no sirve se cambia o elimina, la tecnología nos ha ido mostrando que se pueden conseguir cosas mejores y que las podemos tener rápidamente, no es extraño que al comprar un celular ya estemos pensando en el próximo. Pero de lo que no nos hemos dado cuenta, es que este concepto material ha pasado a lo emocional, estamos viviendo nuestras relaciones emocionales bajo las mismas condiciones, dándole una gran relevancia a lo nuevo, sin valorar lo viejo, o lo que es peor el presente.
Estudios psicológicos hablan sobre la tendencia a la infidelidad por la necesidad alejarnos de la persona en la que nos vamos convirtiendo, ya que se nos hace difícil incluso tolerarnos a nosotros mismos, sin algo nuevo, pensamos que sentirnos vivos esta asociado a tener una vida donde nuestros deseos se ven satisfechos con rapidez. Es común en las personas infieles, que suelan sentirse culpables de haberle hecho daño a sus parejas pero no de su aventura, parece entonces paradojal que hayamos intentando juntar dos conceptos (amor y sexo) para sentirnos más libres y que, al parecer, actúan sobre nosotros generándonos todo lo contrarios.
Probablemente esto ocurre, ya que para sentirnos parte de una relación es necesario ser vulnerables, mostrarnos tal cual somos y por ende les exigimos a nuestras parejas cumplir con muchas cualidades, lo que al mismo tiempo es muy agotador, ya que involucra tener que luchar por lo que deseamos y esta sociedad al parecer ha perdido esa motivación, es más fácil desecharlo y conseguir otro.
Sumado a esto, es evidente que la elección de pareja no es una cosa tan simple. En Chile existe un promedio de nueve parejas sexuales antes del matrimonio, donde 66,5% tiene su primera experiencia entre los dieciséis y veintiún años, y los matrimonios se dan generalmente sobre los veintiún años, por lo que en la gran mayoría de los casos, se requiere de un largo camino para encontrar a esa persona elegida. Debido a esto, la infidelidad amenaza la estabilidad emocional de las personas, dándose la creencia en el engañado, que no es lo suficientemente bueno para quien ha escogido como merecedor de su amor. Es en este momento, donde la vergüenza cobra relevancia, si antes recaía en el divorcio, hoy se arraiga en el mantenerse dentro de una relación cuando podemos salir de ella, ya que pensamos que podemos optar por algo mejor.
Vivimos en una sociedad que supone que tenemos el derecho de cumplir con nuestros deseos, pero esa idea nos ha llevado a desear muchas cosas y creernos merecedores de todo porque solo así seremos realmente libres y felices. Es por eso que una infidelidad amenaza nuestro valor personal, porque si no somos lo suficientemente valorados por la persona que hemos elegido, ¿por quién lo seremos?.
Lo que no vemos, es que todas estas exigencias no son realmente necesarias para estar en pareja y probablemente, si dejáramos de lado esta idea, podríamos mirar realmente la relación en la que estamos y disfrutar del aquí y ahora, valorando cada detalle.
Sin embargo, las infidelidades se dan por diferentes razones y en diferentes momentos de las relaciones, siendo en algunos casos el propulsor del quiebre, pero en otros la oportunidad de cambio y de comenzar a ver la relación desde otra perspectiva.
Por Nicole Cafatti
Psicóloga