El vicepresidente al que Rousseff llamó “traidor”, asumió la Presidencia interina mientras Rousseff decide viajar a Nueva York, para denunciar en la ONU, precisamente al vicepresidente, a quién acusa de maquinar un golpe de Estado contra su gobierno.

Rousseff firmará el acuerdo climático y hará todas las gestiones diplomáticas para buscar “apoyos” internacionales.

Michel Temer, el vicepresidente, quedó al mando a espera del regreso de la gobernante. El mismo vicepresidente espera que Dilma sea destituida, a fin de asumir la presidencia del país sudamericano.

Temer es el primero en la línea de sucesión y podría asumir el cargo de Rousseff de forma temporal si el Senado acepta dar curso al juicio político contra la mandataria, en una votación que podría ocurrir alrededor del 10 de mayo, según previsiones de la Cámara alta.