Yatseniuk, que precisó el rol que tendrá a partir de ahora en la política ucraniana, sí se pronunció a favor de una “nueva legislación electoral, reformas constitucionales, una reforma de la justicia, una coalición que controle al nuevo gobierno, el apoyo internacional a Ucrania y su integración en la Unión Europea y en la Otan”.

En el cargo desde hace dos años y durante mucho tiempo niño mimado de occidente, Arseni Yatseniuk había sido muy criticado en los últimos meses por las insuficientes reformas puestas en marcha y por su supuesta defensa de los intereses de los oligarcas en el país.

“La crisis política en Ucrania está siendo alimentada artificialmente. El deseo de cambiar un solo rostro ha cegado a los políticos del país y paraliza su voluntad de cambios reales”, se defendió el domingo Yatseniuk.

Su dimisión será validada el martes por los diputados, y Poroshenko ya ha designado al presidente del parlamento, Volodymyr Groisman para sucederlo.