Publicado En: Mar, mar 22nd, 2016

El balón de oro Diego Forlán elogia a Manuel Pellegrini y desea que gane la Champions League

El delantero uruguayo y balón de oro, Diego Forlán, elogió a Manuel Pellegrini, con el que coincidió en su etapa en Villarreal.

“Del Real Madrid al Man City, la excelencia sosegada de Manuel Pellegrini lo dice todo de él”.

pellegrini-chileno

Mi antiguo entrenador Manuel Pellegrini podría hacer lo mismo que hizo Jupp Heynckes en 2013 en el Bayern de Múnich: ganar la Copa de Europa sabiendo que será sustituido por Pep Guardiola al final de la temporada. Es una situación extraña puesto que sabe que, haga lo que haga, perderá su trabajo. Y más extraña aún si se marcha después de que el Manchester City se proclame campeón de Europa.

No soy fan del City debido a mis vínculos con el United pero me encantaría que este gran señor ganara otro trofeo esta temporada para añadir a la Copa de Liga.

Sabe cómo funciona el fútbol y lo que se cuece entre bastidores, pero seguro que todas esas especulaciones sobre la llegada de Guardiola para quitarle el puesto no han sido nada agradables. No obstante, como podría esperarse de una persona tan honesta, ha mantenido una actitud profesional, ha ganado una copa y no ha mostrado resentimiento por su situación.

Después de haber jugado bajo sus órdenes, cuando llevó a mi equipo el Villarreal a las semifinales de la Champions, conozco y respeto a Pellegrini, de la misma manera que él respeta a otros en el fútbol. Los aficionados del City están contentos con él, pero no entusiasma a los medios de comunicación ingleses porque no habla mucho. Preferirían a alguien más controvertido que les diera titulares; cuanto más polémica, mejor. José Mourinho era de su agrado, también las discusiones entre Rafa Benítez y Sir Alex Ferguson. Incluso Louis van Gaal gusta a la prensa porque nunca es aburrido cuando habla.

Pellegrini no proporciona tantos titulares a la prensa. No grita ni hace comentarios sarcásticos, y controla sus emociones. Es una persona tranquila, cerebral y calculadora, en el buen sentido de la palabra.

Creo que el City quiere a alguien más equilibrado que el anterior entrenador Roberto Mancini, un gran jugador que tuvo éxito como entrenador y consiguió para el City su primer trofeo después de 35 años pero era un hombre que era noticia por sus conflictos con los jugadores y su actitud emocional. Esto no es extraño en el fútbol y algunos aficionados prefieren las personalidades que muestran sus emociones en público o gritan en las líneas de banda. He visto la frustración de los hinchas del Manchester United al ver a Van Gaal sentado en el banquillo durante los partidos. Quiere que sus jugadores encuentren soluciones por sí mismos –y un jugador debe tomar múltiples decisiones cada segundo que está en el campo.

Sin embargo, los dueños de algunos clubs no quieren que sus entrenadores sean emocionales. Más bien quieren que transmitan una imagen tranquila y positiva de sus clubs y esto es lo que tiene el City con Pellegrini –que la prensa no escriba sobre él porque no despierta tanto interés.

Pellegrini no quiere entrar en conflicto con la prensa o dejar que le p rovoquen para hacer declaraciones que luego serán malinterpretadas. Ha sido así durante toda su carrera. He visto cómo algunos periodistas intentaban provocarle en España, pero él hacía oídos sordos a sus palabras.

Su prioridad es entrenar a su equipo lo mejor que puede y hacer que jueguen un buen fútbol. Y esto es lo que ha hecho en todos los clubs en los que ha sido entrenador.

Se ha llegado a decir que es una persona aburrida porque no dice mucho a los medios de comunicación. Créanme, es un hombre extremadamente inteligente y muy interesante en privado.

Pellegrini está acostumbrado a que le subestimen. Al llegar a Argentina fue criticado porque “solo” había entrenado en Chile y Ecuador, ligas que los argentinos consideraban menos importantes. Pronto demostró lo equivocada que estaba la gente, al conseguir el éxito con el River Plate y el San Lorenzo, dos clubs gigantescos. Es un hombre estable y sensible que no se deja llevar por la emoción en un partido emocionante. Es ingeniero y construyó edificios capaces de resistir terremotos – que luego vio mantenerse en pie durante un fuerte terremoto en Santiago. Este es el hombre que jugó 500 partidos para un club. Es una persona entregada, responsable y fiable, cualidades que le han ayudado a convertirse en un entrenador de gran éxito, que ha llegado a trabajar en clubs como el Real Madrid y el Manchester City.

Pellegrini tiene 63 años. Veo a un hombre que podría jubilarse pero que no quiere hacerlo. Tiene la energía de un hombre más joven y le apasiona el fútbol. A lo largo de los años se le ha relacionado muchas veces con la selección chilena y esta podría ser una posible opción para su futuro, pero en enero Chile, el campeón sudamericano, designó a Antonio Pizzi como su nuevo entrenador en reemplazo de Jorge Sampaoli.

Estoy convencido de que a Pellegrini no le faltarán ofertas como entrenador en ninguna parte del mundo. Su currículo es excelente pero antes tiene algunos partidos importantes, empezando por el derbi de Manchester este sábado en el estadio Etihad. El City ha flaqueado en la liga pero no está fuera de la carrera por el título. No me importaría mucho que el Manchester lo eliminara.

Pellegrini ha llevado al City a las fases finales de la Champions durante tres temporadas seguidas, algo que el club no había logrado nunca antes, y en dos ocasiones procedente de un grupo en el que estaba el Bayern de Múnich. Quedaron primeros de este grupo esta temporada y parece que van adquiriendo confianza. El City es el único equipo inglés que queda en la Champions después de que el Arsenal fuera eliminado en los octavos de final por quinta temporada consecutiva.

La última vez que el City se enfrentó al Bayern, puede que Guardiola ya supiera que iba a quedarse con el puesto de Pellegrini y a lo mejor este también lo sabía, aunque no se había hecho público. ¿Se imaginan que el sorteo del viernes les emparejara? Podría ser la eliminatoria más interesante de todas.