Ni por la dignidad, ni por Brasil. DILMA no quiere renunciar a la presidencia de su país.
el amor por el poder es tan fuerte, que Dilma parece no tener el menor interés de pensar por el beneficio de Brasil y permitir una salida a la crisis, sin su persona al mando del país.
Pese al alarmante cuadro de recesión económica y crisis política que vive Brasil, agravado esta semana por el pedido de prisión preventiva contra Luiz Inacio Lula da Silva, su padrino político, la presidenta Dilma Rousseff rechazó de plano que piense en renunciar. Y, al salir en defensa de Lula, dejó abierta la posibilidad de que lo incorpore a su gabinete, medida que garantizaría al ex mandatario inmunidad frente a las investigaciones judiciales en primera instancia.
“No tengo ningún interés en renunciar. No me resigno”, afirmó Dilma en un breve encuentro con la prensa en el Palacio del Planalto, mientras grupos civiles como el Movimiento Brasil Libre y Vem Pra Rua ultimaban los preparativos de la “megamanifestación” convocada para mañana en todo el país a fin de exigir la salida de la presidenta, ya sea por medio de un impeachment en el Congreso o a través de su renuncia.
El propio líder de la principal fuerza opositora, el senador Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), le había pedido esta semana a Dilma que tuviera “un gesto magnánimo y de humildad” y diera un paso al costado para recomponer el ambiente político y recuperar el crecimiento económico.