Carrera a la Casa Blanca está al rojo vivo tras triunfo de Sanders y Trump, en Hampshire
Al rojo vivo está la carrera por la nominación presidencial de los candidatos Republicanos y Demócratas, tras conocerse el nuevo resultado de las primarias, esta vez, en Hampshire.
Con el 75 % escrutado, el senador Sanders, autoproclamado socialista demócrata, venció a su única rival para liderar la candidatura del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, por un amplio margen de más de 20 puntos porcentuales.
El multi millonario Donald Trump se impuso en la contienda republicana con el 34 % de los votos, por delante del gobernador de Ohio, John Kasich (16 %), quien logró un notable segundo puesto y del senador por Texas Ted Cruz (con 12 %) y del ex gobernador de Florida Jeb Bush (con 11 %).
El despilfarro de Bush y el golpe moral a Clinton Aunque en muchos aspectos se encuentran en sus antípodas ideológicas, Sanders y Trump comparten un elemento fundamental en su discurso: el rechazo al ‘establishment’ y una manera de hacer política distinta a la tradicional en EE.UU., al margen de los grandes donantes y el aparato de los partidos.
Los dos ganadores de la noche de hoy se beneficiaron de un porcentaje de participación superior al de años anteriores, en gran medida propiciado precisamente por sus discursos, que han atraído a ciudadanos que en ocasiones anteriores no acudían a las urnas. Sanders se convirtió en el primer aspirante judío (de hecho, el primer candidato no cristiano) en ganar en un estado unas elecciones primarias a la Presidencia. Al margen de los dos ganadores, Nuevo Hampshire era una batalla crucial para muchos precandidatos, especialmente los conservadores moderados, para quienes Iowa, con un electorado republicano en el que los evangelistas tienen mucha fuerza, estaba desde el principio fuera de alcance. Así lo demuestra que la misma noche electoral en Iowa el ex gobernador de Florida Jeb Bush la pasó haciendo campaña en NewHampshire, donde él y sus aliados de campaña han gastado 36 millones de dólares. En el bando demócrata, la derrota de Hillary Clinton supuso un fuerte golpe moral para la que no hace tanto era vista como la candidata inevitable a la nominación, puesto que este estado es un lugar casi “sagrado” para su familia política debido a que en ese Estado, Bill Clinton logró recuperar una elección que parecía perdida y luego, su esposa Hillary le ganó a Obama en las primarias demócratas.
fuente emol
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