Te Deum: Ezzati no se resta y preside eucaristía junto a Bachelet y las máximas autoridades del país
Monseñor Ezzati presidió la eucaristía que es tradición republicana en Chile, acompañado por la Presidente Bachelet y los presidentes del Senado y Corte Suprema. Ezzati aseguró que nos hemos deshumanizado, tenemos temor a demostrar nuestros sensibilidades. Debemos humanizarnos en nuestras relaciones institucionales, en el día a día, en nuestro discurso y vivir con sencillez al interior de nuestras comunidades. El trabajo hecho para el crecimiento del ser humano, se transforma en in humano, es paradójico.
La gente está explotando a los demás para objetivos inhumanos. El humano se está transformando en un depredador. Nos hemos vuelto desconfiados, hay ideología imperantes que nos lleva a ver al otro no solo como un competidor, sino como un lobo. Cada uno busca el éxito frente al otro o contra el otro o valiéndose del otro, erradicando el espíritu de paz y servicio.
“Jesús nos invitó a amar a los demás como a uno mismo. Así se encuentra la plenitud, abierta e inclusiva”.
El individualismo reinante que faranduliza la política y liderazgo para complacer el espectáculo. Es hora de recuperar la dignidad de la política y recuperar la vida cívica, la voluntad convoca, no olvidar los mejores momentos de nuestra historia, que fue cuando todos trabajamos por la amistad cívica. Es hora de recuperar confianzas y enaltecer la actividad política. Debemos enrolarnos todos y todas en este desafió. La sociedad no puede desarrollarse sin confianzas.
Chile tiene vocación de entendimiento y no de enfrentamiento, recordando palabras del papa Juan Pablo II en su visita a Chile.
Palabras de Ezzati:
Un a tradición desde 1811 congrega las máximas autoridades del país y las autoridades de la iglesia y la ciudad de Santiago.
Desde 1970 participan las comunidades cristianas judías y musulmanas, encabezada por por el jefe del estado. Expreso mi cordial gratitud por su presencia en esta celebración.
Expreso cercanía y solidaridad por las familias que han sufrido daños en sus casas, bienes y fuentes de trabajo, a yodos ellos que han perdido un ser querido, para que el dolor de quienes han sufrido tengan una pronta recuperación. Vivimos un tiempo difícil, estamos impactados por distintas formas de corrupción que se está instalando entre nosotros. Además el flagelo de la droga, robos y otras formas de violencia e intolerancia. Hay un clima agresivo y violento que despierta temor e inseguridad. Se endurece el lenguaje y aumenta la descalificación, lo que llega hasta el hogar.
Me he sentido expuesto a una critica descalificadora y pido perdón a quienes puedan sentirse ofendidos,. Las puertas de la iglesia están abiertas para establecer nuevamente la confianza y superar el dolor. Si se ha instalado en la gente un sentimiento de incomodidad e insatisfacción además de la polarización política y desconfianza, debemos redoblar nuestros esfuerzos para que nuestra convivencia sea mas sinfónica.
No es esta la sede para analizar lo que sucede en el país, para eso está la sabiduría y responsabilidad de los gobernantes, parlamentarios, foros de opinión, universidades. En cambio creo que este es el lugar y el momento para acompañar esas reflexiones para pensar mejor sobre nuestras responsabilidades. Estamos viviendo una profunda crisis de esperanza y solidaridad.
Hacemos memoria agradecida el cabildo de 1810 donde se declara la independencia nacional. Haz memoria dice Dios a su pueblo, no olviden su historia. Si queremos construir un pais con todos y para todos, aportando para el cuidado de la casa común que nos alberga, es fundamental poner bien los fundamentos. Todo pasado en la unión. La relación humana se basa en la relación con Dios, prójimo y La Tierra. Dios sin ellas, no refleja la imagen y semejanza de Dios. Sin Dios, el ser humano se queda encerrado en el “yo”, en la soledad.
El culto del individualismo termina sustrayendo a Dios por el amor a si mismo. Eso está afectando a nuestra sociedad. El ser humano se está endiosando. Hay que aprender a usar la esperanza mas allá de lo tangible, para descubrirla.
La invitación es volver la mirada al presente de nuestro país, donde los profetas de mal agüero griten fracaso!
Uniendo nuestras miradas, descubriendo hoy día y no mañana, muchas razones para fortalecer nuestra esperanza, basada en la solidaridad, amistad cívica, amor. Hacer renacer la esperanza y la sonrisa.
El cardenal pidió también la solidaridad, perdón y sanación para los presos, mencionando especialmente a quienes están detenidos por Derechos Humanos. Pide verlos con solidaridad.
Llamo a usar las redes de comunicación e internet, para enviar mensajes de solidaridad y paz, ante tanta violencia, odios, terrorismo, tráfico de órganos, guerras, ataques, violencia. ”Todos debemos enviar un mensaje, usar nuestro tiempo para enviar mensajes de mejor vida para los demás”.
Recordó el acuerdo nacional hace 30 años atrás, para recuperar la paz social, donde se preguntaron cada uno sobre qué están dispuestos a renunciar o perder, a cambio de la paz social. De esa forma, las autoridades de la época, lograron pacificar Chile y encaminarlo a una democracia plena.