Blink Me, la red social chilena de fotos pecadoras
En una bodega abandonada en la zona oriente de la ciudad de Santiago, en Chile, un grupo de jóvenes ha creado su propia versión de unas oficinas a lo Google.
Con la ayuda de artistas grafiteros, transformaron el lugar en un espacio inspirador, “como si estuviéramos en el Bronx”, me explican. Unas oficinas abiertas, sin separación entre escritorios y equipadas con un enorme pizarrón donde comparten ideas y opiniones.
Son las oficinas de NixPic SpA, la compañía detrás de la nueva aplicación para hablar con “imágenes que no deben durar para siempre”, dice su eslógan. Se llama Blink Me y desde su lanzamiento a principios de marzo acumula más de 25.000 y se compartieron más de 70.000 imágenes.
Esta foto se autodestruirá en 1, 3, 5 segundos
a la hora de irrumpir en el suculento mercado de las apps para celulares.
La idea, cuentan, les surgió durante unas vacaciones en la playa, cuando sacaron una foto a un amigo con ciertas copas de más y la compartieron por whatsapp .
“En pocos minutos la tenía todo Chile y mi amigo se metió en un gran problema con su jefe y con su novia, a la que dijo que no había salido”.
De ese modo nació la idea de Blink Me, un sistema para evitar a toda costa que imágenes indeseadas se cuelen en la red y que la gente usa de maneras muy diversas, asegura el equipo.
“Una madre se prueba vestidos para una fiesta y se las envía a sus amigas para que le digan cuál le queda mejor y así no guardan las fotos, explica Pellegrini.
“La mayoría se mandan las caras como un juego o lo que está pasando. La usan para compartir momentos y que las imágenes no se queden almacenadas donde no deben”.
El secreto no está sólo en la idea
Muchos creen que el secreto del éxito de una aplicación está en hallar la idea indicada, pero la experiencia de este grupo de jóvenes les enseñó que una buena idea, en este mundillo, es tan sólo un buen punto de partida.
“Creemos que la idea es muy importante, pero no lo es todo”, afirma Pellegrini, “nos hemos dado cuenta que es en el proceso que hay que validarse”. Sobre todo, cuenta, a la hora de obtener fondos para un proyecto concreto.
Convencidos de la viabilidad de Blink Me, el equipo se trasladó a Silicon Valley, donde presentó su idea ante 15 mentores e inversionistas. También realizaron presentaciones en el Instituto Politécnico de Virginia.
Finalmente, gracias además al apoyo del gobierno chileno e inversionistas locales lograron reunir US$250.000 de financiación y ahora disponen de un equipo de ocho personas trabajando en el proyecto y su meta es conquistar el mercado latinoamericano y el español.
Todo está en la internet
“El desarrollo móvil es un área bastante nueva y creo que países como Chile, Colombia y Argentina están dando ejemplo”, afirma Pellegrini, cuando se le pregunta sobre el mercado de las aplicaciones en América Latina.
“A nivel general en Chile vamos bastante bien, pero en el desarrollo móvil estamos en pañales. Uno aprende por el camino y en los errores. Nos basamos en modelos americanos e ingleses”.
No obstante, afirma que para entrar en el mundo de las aplicaciones los recursos para llevar un proyecto adelante están cada vez más al alcance de todos.
“Hoy en día, gracias a la internet cualquier persona con emprendimiento y una idea nueva puede aprender de la red todo lo que existe. Es algo orgánico y se está abriendo a todo el mundo”.
Blink Me, se ha descargado sobre todo en Colombia, México y España, y sus creadores pretenden que siga siendo una aplicación gratuita con un modelo de negocio basado en la publicidad.
¿Acaso sueñan ahora con el día en que Microsoft, Facebook o alguno de los grandes toque a su puerta?
“Si nos contacta alguna empresa tecnológica conversaremos”, asegura Pellegrini, “pero hoy en día, lo estamos pasando demasiado bien y no nos preocupamos por ello”.