Realizar tal referéndum fue una de las promesas electorales de los conservadores británicos que triunfaron el pasado 7 de mayo en las elecciones generales en el país. En su discurso de este 27 de mayo ante el Parlamento británico sobre el programa gubernamental anual, Isabel II ha confirmado que la votación tendrá lugar.

Será la primera vez desde 1975 cuando los ciudadanos británicos podrán pronunciarse sobre la membrecía de su país en la Unión Europea, bajo los términos de la legislación europea sobre los plebiscitos.

Según los sondeos, actualmente aproximadamente un tercio de la población del Reino Unido apoya la idea de la salida del país de la UE. Uno de los principales motivos es la falta de voluntad por parte de Bruselas de hacer ciertas concesiones, sobre todo, en cuestiones migratorias. En varias ocasiones Londres ya expresó su descontento respecto a las cuotas europeas que le obligan a aceptar más inmigrantes, cuyo flujo se disparó con el empeoramiento drástico de la situación en Oriente Medio.

Los políticos europeos, a su vez, advierten de que no sólo sería difícil para el Reino Unido estar fuera de la UE, sino que también tendría unos graves efectos negativos para la región europea, tanto en términos de política económica como de seguridad.