Hugo Silva asegura que Natalia Compagnon, lo estafó y que incluso le ofreció devolverle mil millones, por su silencio
Silva asegura que Compagnon lo estafó y le ofreció devolverle mil millones por su silencio.
El café Da Carla, en Vitacura, fue el lugar donde Hugo Silva citó a Natalia Compagnon luego de que el millonario negocio que había cerrado con la nuera de Bachelet en Machalí se ventilara a través de la prensa el 6 de febrero pasado y provocara una hecatombe política que hoy tiene a la Mandataria en una complicada situación.
Así lo declaró hace una semana el empresario de la VI Región ante el fiscal Luis Toledo, a cargo de la investigación por eventuales delitos de negociación incompatible y violación de secreto en la operación realizada por la empresa Caval, de propiedad de Compagnon y el relacionador público Mauricio Valero, que involucró un crédito por $6.500 millones de pesos del Banco de Chile para comprar tres terrenos en la comuna de Machalí, los que después fueron adquiridos por Silva en $9.5000 millones.
Según Silva, “cuando revienta lo de Qué Pasa llamé muy molesto a Natalia Compagnon y le dije que quería conversar con ella. (…) Le dije que con todo lo que había pasado y el daño que se me había causado iba a tratar de resciliar el contrato de todas las formas que fuera posible, y me dijo que si yo hacía eso tendría una crisis aún más grande con su suegra, incluso se le cayeron unas lágrimas, estuvimos como dos horas en la reunión. Ofreciéndome incluso resignarse a perder mil millones, a devolvérmelos. Yo creo que su sufrimiento fue honesto pero Mauricio Valero se opuso”.
Hugo Silva detalla que, en vista de la envergadura del negocio para comprar los terrenos de Machalí, en diciembre de 2014 se constituyó especialmente la sociedad Silca Servicios Limitada, de la que él es administrador y representante legal.
“El engaño de que fuimos víctimas y que nos movió a firmar el contrato fue que las expectativas que teníamos del negocio, especialmente por los mexicanos de la empresa Aguas Sustentables ASSA, nunca existieron al momento de presentarse el negocio, pues estaba tratando con Natalia nuera de la Presidenta de la República, y el hecho que también estuviese incluido Álvaro Covacevich”, asegura el comprador de los polémicos terrenos, refiriéndose al arquitecto que representaba a la sociedad mexicana ASSA, con la que –según le dijeron desde Caval– “existía un acuerdo de negocio inmobiliario denominado ciudad del cobre”.
Según Silva, “el único y real ánimo de los querellados era que les entregáramos el dinero antes del día 6 de febrero y hoy sabemos por qué esa fecha era tan importante (…) ¿qué otra explicación tendría cerrar el negocio con los riesgos de los créditos adquiridos que no fuese una estudiada estafa?”.
Esa –explica– fue “parte de la estrategia para atraer nuestra atención”.
“Natalia me insistió mucho que el contrato con los mexicanos no estaba terminado lo que se ratificó por ella previo a la firma de una última reunión que tuvimos en un café de Alonso de Córdova. Pedí esta reunión, los últimos días de enero de 2015, porque me vi sugestionado porque el negocio se veía bonito, la insistencia en el contrato de gestión me hizo creer que el negocio con los mexicanos seguía, y como Natalia dijo con tanta vehemencia de que el proyecto seguía, incluso habló por teléfono con Álvaro Covacevich, en frente de mi persona para coordinar una reunión, señalándome incluso las consecuencias de que ella mintiera teniendo la suegra que tiene”, detalla Silva en su declaración.
Silva dice que para el negocio contactaron al abogado y gestor inmobiliario de Caval, Manuel Guerrero, y que en la reunión en que, junto a sus hijos, conoció a la esposa de Sebastián Dávalos, “nos dio una muy buena impresión, más aun siendo la nuera de la Presidenta, una persona de prestigio, lo cual se supo desde un principio por parte de Mario Barrientos. Su intervención le daba peso al negocio”.
Luego de eso empezaron las negociaciones. Inicialmente, la intención de Caval era constituir una sociedad con ellos –señala–, “lo que rechacé, porque yo no trabajo con socios y además asumir un crédito de diez mil millones de pesos era un exceso, prácticamente increíble, de hecho me cuesta pensar que alguien se involucre en un crédito así. De hecho pedían dos millones de dólares de partida por asociarnos con ellos”.
La primera oferta que hizo Silca no fue aceptada, y en septiembre de 2014 se cortaron las comunicaciones, hasta octubre. “Luego llegó Mario Barrientos a insistir y se realizó una reunión en que Mauricio Valero volvió a presentar el proyecto de los mexicanos y bajaron sus pretensiones, aceptando los nueve mil quinientos millones de pesos que les ofrecimos”.
Con respecto al contrato suscrito con Mauricio Valero que le garantizaba la exclusividad en la gestión de una venta posterior de los terrenos, con una comisión del 26%, Silva asegura que “lo acepté porque ese negocio con el enorme proyecto de los mexicanos que involucraba era comercialmente muy atractivo, lo que justificaba sacrificar un 26% del futuro precio. Nos llevamos la sorpresa que la empresa que se adjudicaba el 26% era de Mauricio Valero, lo cual se supo en una reunión en el estudio Phillippi”, agregando que partieron pidiendo un 40%. “Como los vimos tan desesperadamente interesados en el contrato de gestión era porque el proyecto con los mexicanos iba en serio”, añade Silva.
Y continúa: “Tres veces pedí hablar con los mexicanos, las dos primeras veces me dijeron que Covacevich estaba en Nueva York y la tercera vez fue cuando Natalia se contactó telefónicamente con él y dijo que no podía ir”.
Según detalló el administrador de Silca ante el fiscal, “yo comencé a pedir los planos técnicos del proyecto de los mexicanos y Natalia Compagnon se los entrega a Manuel Guerrero (gerente de Ruta 86, una de las principales empresas del grupo Silca) el mismo día después de la firma definitiva, y cuando los vi tuve la primera inquietud, pues era un power point impreso y no un plano técnico a escala hecho por profesionales del área”.
Silva considera que el precio que pagaron –0,8 UF por metro cuadrado– es “un precio de mercado pero con cambio de uso de suelos, es un precio normal para darle valor agregado”. Además, detalla que dentro de los antecedentes que manejaban sabían que Codelco había comprado el predio colindante en 1 UF el metro cuadrado.
Por eso, “siento que fui engañado ya que ellos tenían información sobre que la Revista Qué Pasa estaba preparando una publicación de un reportaje sobre los negocios de Caval, en particular sobre los terrenos de Machalí, echando abajo las posibilidades del cambio de uso de suelo, lo que nos perjudicó absolutamente y de haber sabido que eso venía no habría comprado los terrenos, habría preferido pagar la multa de la promesa de venta”.
El 5 de febrero, un día antes que la historia se hiciera pública, Silca y Caval firmaron en la notaria de René Benavente la escritura de compraventa del negocio.
De acuerdo a Silva, “el único y real ánimo de los querellados era que les entregáramos el dinero antes del día 6 de febrero y hoy sabemos por qué esa fecha era tan importante (…) ¿qué otra explicación tendría cerrar el negocio con los riesgos de los créditos adquiridos que no fuese una estudiada estafa?”.
fuente, el mostrador.