Reino Unido lanzó hoy una campaña contra el extremismo islamista en el país, luego de que se conocieran varios casos de jóvenes que intentaron llegar a Siria presuntamente para unirse a la organización radical sunita Estado Islámico(PL).

La ministra de Interior, Theresa May, anunció el plan y aseguró que aunque busca combatir toda forma de extremismo, la principal amenaza que se debe afrontar es la del extremismo islamista.

“Siempre hemos sostenido que la estrategia del Gobierno debe buscar la derrota del extremismo en todas sus formas, pero es obvio que el extremismo más extendido y grave que debemos enfrentar es el extremismo islamista”, señaló.

El proyecto incluye medidas como exigir a los inmigrantes firmar un compromiso de respeto a los valores británicos, y obligar a religiosos extranjeros con responsabilidades pastorales a hablar inglés.

Asimismo, se reducirán los fondos destinados a servicios de traducción y se aumentarán los dirigidos a fomentar la enseñanza de idioma inglés.

Las autoridades promoverán lo que denominaron “una campaña positiva” para impulsar los valores británicos al interior de la sociedad, pues se registra un crecimiento de los ciudadanos que rechazan estos principios, según May.

También se creará una oficina que investigará si las entidades comunitarias que operan en Reino Unido bajo leyes del Islam son compatibles con las normativas británicas.

Así Londres reacciona luego de que en las últimas semanas se detectaron varios casos de adolescentes que viajaron a Turquía, presuntamente con el fin de llegar a Siria y unirse al EI, algunos de los cuales permanecen desparecidos.

Durante los cuatro años que dura ya el conflicto sirio, el gobierno británico manifestó el respaldo a los grupos armados que allí intentan derrocar el gobierno del presidente constitucional Bashar al Assad e incluso aceptaron públicamente la realización de envíos de equipamientos y materiales para apoyarlos.

Pero ahora, con la radicalización del EI -uno de los grupos que opera en el país levantino-, Londres ha cambiado su postura y lo considera una amenaza.

Fuente // Prensa Latina