Una decena de cadáveres y 11 cabezas humanas fueron hallados en varias fosas clandestinas en un municipio del violento estado mexicano de Guerrero, donde en septiembre desaparecieron 43 estudiantes secuestrados por policías locales involucrados con narcotraficantes.

La fiscalía local informó el miércoles que en las primeras cinco fosas se encontraron los cuerpos, ocho de ellos atados de pies y manos con huellas de tortura y uno estaba dentro de una bolsa de plástico color negro. En otra fosa se hallaron las 11 cabezas humanas.

“Personal de la dependencia se trasladó al punto conocido como El Huizache en la comunidad de Tepehuixco, municipio de Chilapa de Álvarez, donde se localizaron seis fosas”, dijo la Fiscalía del estado de Guerrero en un comunicado.

En este mismo estado en septiembre, 43 estudiantes fueron secuestrados por policías locales involucrados con narcotraficantes, y las autoridades tienen indicios de que fueron masacrados y quemados en un basurero.

Los jóvenes están considerados como desaparecidos por las autoridades mexicanas.

El violento episodio despertó una fuerte indignación entre la población y resaltó la frágil seguridad que vive el país, azotado durante años por el fuego cruzado entre cárteles del narcotráfico que han diversificado sus actividades delictivas a la extorsión, secuestro, tráfico de metales y otros delitos.

Pese al constante despliegue de fuerzas de seguridad en Guerrero, que involucra a policía federal y militares, los asesinatos se duplicaron con creces a 2.087 entre 2008 y 2013, año en que el estado registró la mayor tasa de homicidios del país con 63 por cada 100.000 habitantes.

Más de 100.000 personas han muerto desde finales del 2006 en todo México, cuando el ex presidente Felipe Calderón lanzó una campaña frontal contra los cárteles de la droga, que se fragmentaron a medida que caían sus líderes y elevaron la espiral de violencia a manos de sanguinarios sicarios.

Fuente: Reuters.