El interés ciudadano por asumir un mayor protagonismo en torno a la sustentabilidad es creciente.

Ya sea reciclando o bien contribuyendo desde otras alternativas, la comunidad regional está absolutamente consciente que hay que seguir poniendo en valor la especial sensibilidad ambiental que tienen los habitantes de Aysén.

Lamentablemente desde los municipios y el Gobierno bien poco se hace para potenciar los hábitos sustentables, e incluso la cultura del reciclaje ni siquiera se práctica masivamente en la zona, señal de que aún hay mucho por hacer en esta materia.

El concepto amplio de sustentabilidad, para algunos simplemente desarrollo sustentable, es una preocupación central de una ciudadanía que está absolutamente convencida de que ésta es la única manera de preservar la naturaleza y paralelamente, cautelar el futuro de la humanidad que corre grave riesgo por una contaminación sistemática.

Esto ha llevado a los gobiernos a actuar con energía frente a la problemática y se han impulsado acciones en conjunto en virtud de diversos acuerdos internacionales, como el protocolo de Kyoto, suscrito en 1997 por más de medio centenar de naciones, a fin de reducir los emisiones de gases de efecto invernadero, lo que ha provocado significativos y alarmantes cambios en el medio climático.

Nuestro país no está al margen de esta preocupación y las regiones también asumen su cuota de responsabilidad frente a la problemática con varios programas tendientes a minimizar sus efectos, pero, sobre todo, cambiar la mentalidad cultural para abordar de manera sistemática las dificultades que se encuentran en los sectores productivos.

En Aysén, si bien no existe una gran industrialización, sí hay procesos contaminantes que están provocando inquietud ciudadana y que se relacionan con actividades relativamente nuevas que en poco tiempo han logrado ganarse una no muy buena reputación y que están permanentemente siendo cuestionadas por sus procesos.

Es por esta razón que se han conformado mesas de trabajo y convenios en varios frentes con empresas e industrias que han asumido el desafío de pasar de la etapa contaminadora a la de sustentables o amigables con el medio ambiente, un proceso complejo pero que forma parte de una tendencia mundial que cobra cada día más relevancia.

Y es que más que protocolos, la gente anhela que las acciones se acentúen y comiencen a dar los resultados que toda la población espera, pues hoy más que nunca, la variable medio ambiental está entre las prioridades más importantes que las personas definen cuando se trata de definir calidad de vida.